lunes, 13 de junio de 2011

Entrevista: Quique Alcatena

¿Quién es?
Dibujante prolífico de historietas argentino, Quique Alcatena ha realizado trabajos para Europa, Estados Unidos, Asia y América Latina. En los 80s, Alcatena nos invito a recorrer lejanos planetas a los límites de la imaginación con sus historietas de ciencia ficción. En la actualidad sus trabajos minan cada vez más la riqueza  del subconsciente humano de todo rincón de nuestro planeta azul, sacando a la luz monstruos de pesadilla, sus historietas se inspiran en  mitologías de las culturas del mundo para presentar al lector una fantasía encantada, a veces terrorífica, pero siempre intrigante. Hace ya casi 30 años que colabora con Eduardo Mazzitelli, con quien actualmente realiza la serie Shankar y mil cosas más. Entre sus recientes publicaciones en América Latina cuentan Nuggu y los cuatro, Acero Liquido, Imperator

Página(s) Web: Quique Alcatena
Entrevista realizada el 13/06/2009*

Me gusta la pintura, la ilustración… pero yo me quedo con la historieta.

Cuando haces algo con alma  y pones todo, de alguna forma se nota y empezás a trascender… y te abrís nuevas posibilidades de trabajo.

A mi lo formal no me interesa. No me interesa dibujar “bien”. Es más, yo no creo que dibuje “bien”.  No es una falsa modestia.

Por ejemplo: nunca me intereso dibujar lo que veo en la calle. Me gusta observar, que se yo. Pero el dibujo mismo, no me interesa. Tiene que ser contando una historia, y un tipo de historia, que tenga un clima, que tenga atmosfera… ya sea la Inglaterra en el siglo XVIII con sus piratas, ya sea el Ramayana, pero que te lleve a un lugar diferente, a algo pintoresco. Por eso me gusta mucho Pratt también. El dibujaba unas historias donde su dibujo te llevaba… tiene que ver con las cosas que le gustaba hacer…

A mi me gusta contar historias.

¿Que tiene la historieta que no tiene la ilustración?
Pagina de la historieta de Inferno.
Quizás lo que tiene es la secuencia… hay algo en esa sucesión de los cuadritos. Vos ves una página ya el hecho de verla entera, eso es algo. Una ilustración grande no te lo transmite, es otra cosa. Hay quienes dicen que el cine es como la historieta, pero ojo, uno de los elementos fundamentales de la historieta es que antes de leer, cuadrito por cuadrito, vos ves la página entera. No es como en el cine que vos vas descubriendo en la medida que te lo van mostrando. Acá ves todo, y después lo lees. Esa interrelación entre los cuadros, el tamaño de los cuadros, el equilibrio entre negros y blancos, las masas de luz y de sombra, los tramados, produce un efecto en la cabeza que en el cine no lo lográs. Hay algo en el armado de la página, la secuencia, y de contar una historia.

A mi lo que me frustraba de la ilustración es que los dibujos estaban muy separados. Pensaba, que lastima que no ilustraron esta escena que estaba buena también… en la historieta tenés todo ese rollo, me parecen fascinantes.

Tiene mucho detalle tu trabajo, ¿cuanto te tardas, como trabajas?
34x24. Empiezo por cualquier orden. A veces tengo ganas de dibujar este cuadro y lo hago primero, el otro después. No tengo un método. También cambio en cuanto diagramación, hago más complejas, otras más clásicas, depende un poco como se me presenta en la cabeza. El tiempo no se decirte… nunca me lo controle, no me lo quiero controlar. Me tiene que tomar lo que me tiene que tomar.

Y, a veces, una cosa que parece que tiene mucho detalle, lo haces rápido. Cuando la imagen la tenés clara, sabes lo que querés mostrar, después es cuestión de un poco de paciencia. Quizás hay cosas que las empezás porque son un poco más complicadas, o los enfoques se te resisten al principio…

A lo mejor llevo dos páginas por día—pero he llegado a hacer siete. Sin dormir, tengo fecha de entrega… se nota. (¡Trato de que no se note!)

Si no cumples la fecha de entrega, no podés vivir de esto. Una, dos veces, te lo dejan pasar. Pero si les complicas mucho, no…

Por supuesto del trabajo tiene que ser bueno; pero a la mayoría de los editores les interesa el trabajo en tiempo, no que sea excelente. Que sea correcto.

A veces uno se engolosina y pone cosas de más. Pero creo que es también lo que te marca, lo que define cada estilo. A mi me encanta como dibuja Pratt, pero a mi me sale hacer esto.

¿Tienes algún bocetero, un sketchbook?
Lo que ves es lo que hay. Yo boceto en la página. Nunca hice bocetos, nunca guarde un sketchbook… me encantan los sketchbook de la gente, pero nunca tuve esa costumbre. Yo ponía lo que tenia ¡BooM!, ahí.
A lo mejor en el costado de la página hacia un diseñito, y después yo lo tiro, yo no lo guardo, no tengo esa costumbre.
Historieta sobre Las Mil y Una Noches.

Siempre has manejado mucho blanco y negro, con muchas capas y con una presentación con algunos elementos que parecen de grabado…
Eso lo aprendí mirando a Doré, mirando a Frankenstein de Bernie Wrightson, ese pasado de tinta que imita el grabado. Bernie estaba haciendo eso en Frankenstein, imitando el trazo que hacia Franklin Booth o de Coll en algunas cosas. Me gusta mucho a partir de estos artistas, el gris no por tramas cruzadas, sino a partir de paralelas menos gruesas, más o menos separadas, y lograr el gris a partir de esas líneas que no se cruzan. Es más difícil de hacer, pero tiene un efecto muy interesante. 

Manejas muchísimos personajes, ¿quiénes son los más cercanos a tu corazón?
Creo que tengo mucho la influencia de Howard Pyle y de los grandes ilustradores americanos que ilustraron piratas. Pyle, Wyeth, eran grandes ilustradores. Y las viejas reproducciones de historietas de piratas, lo de Pratt de piratas, y la de Enrique Breccia en La Isla del Tesoro, todo los que han dibujado piratas, es un género que me encanta.

No se si tengo un personaje… no se si me interesa tener un personaje. Quizás sea malo, porque ¿a lo mejor tener un personaje te permite trascender…?

¿En que andas trabajando ahora?
Ahora estoy trabajando en una serie que se llama Shankar. Sale en Italia en Eura. Es la serie más larga que hice hasta ahora. Es interesante porque tuvimos casi 600 páginas, son sagas de 60 páginas cada una. Pensamos: que personaje se bancaria hacer muchas historias, imaginamos a una ambientación, un formato que nos permita pasear el personaje por todo el mundo, que nos permita contar las historias que queremos contar… una especie de Corto Maltes, pero con un ingrediente bien fantástico. Trabajo fijo con Eduardo Mazzitelli.

Alcatena ha realizado varios trabajos
que retratan el rico imaginario de Japón.
Shankar es un poco la historia del rey del mundo, la tradición ocultista de fines del siglo XIX. Y este es el rey del mundo, pero no quiere serlo. Entonces escapa, y vagabundea por todo el mundo teniendo aventuras. Se llama Shankar porque viene de “Blanco”, porque era una encarnación de Shiva.

La primera saga se desarrolla en la India y Escandinavia, luego van a Japón, etc. En la saga Japonesa hay una especie de descenso al infierno, y justamente ahí juego con toda la iconografía japonesa, que siempre me fascino. Los diseños de los duendes japoneses—el imaginario japonés, ¡es extraordinario! ¡Pero también lo es el  de muchísimos otros lugares! Todo el mundo tiene cosas e historias para contar. Por ejemplo, en esta historia incluí un breve episodio de un cazador de monstruos, que había cazado monstruos de las Filipinas. Entonces, investigue cuales eran los monstruos del folklore filipino. No son muy conocidos. ¡Pero hay cada criatura! ¡Que buenos son! Y así en todos lados...

Retratas a muchas culturas para las cuales parece que hay que documentarse mucho…
Siempre tengo cuidado de que cualquiera pueda entender la historia sin leerse un manual de historia tailandesa (por ejemplo). Eso es la parte visual. Pero, si vos no estas familiarizado con los símbolos, etc., que no quede como una cosa hermética, pero que sirva de telón de fondo para que a vos te despierte la curiosidad, pero que en ningún momento se vuelva elitista.

Me cuido mucho de no hacer una historieta para una minoría, del tipo “Si me entendés, bien, y sino reventá”. No hay que explicarlo todo, pero tampoco hay que ser difícil porque sí; no nos olvidemos que estamos haciendo historietas populares. Si quiero hacer algo  más experimental lo haría en otro medio.
Me interesan muchas cosas. Me gusta mucho el Oriente. Pero me gustan 10,000 cosas más. Por ejemplo: algo que tiene que ver con México, hace años que quiero dibujar la historia de los dos gemelos mayas, El Popol Vuh. ¡Me vuelven loco! ¡Que historia de la puta madre, me parece extraordinario!

Hace muchos años empecé una adaptación de Quetzalcóatl… y la deje colgada. También me encanta la iconografía…

Quiero hacer el episodio de los dos gemelos, y si puedo, todo el Popol Vuh. ¡Tiene unas historias increíbles!
Hay tantas cosas para hacer…

De la historieta Wampuns and Wigwams.
Más adelante, con otro guionista muy amigo,Gustavo Schimpp,  hicimos toda una serie de historias basadas en los folklores de los Iroqueses y los Algonquinos,  ya que también me encanta la cultura de los pieles rojas. Es otra ambientación, otro estilo de dibujo…

Después de una serie de relatos sobre los indios del noreste, queríamos pasar  a contar historias de los pueblos de la costa noroeste del Pacífico, como los Haida y los Tlingit. Pero después me pidieron dedicarme a la series  que hacíamos con Eduardo “full-time”, necesitaban muchos episodios, y no me quedó tiempo para hacer dos proyectos simultáneos.

Todo mi trabajo en general: esto es pensado para consumo europeo. Recién ahora estoy trabajando para el mercado oriental, el mercado de la India, haciendo un estilo más neutro, usando colores diferentes: ya el trabajo lo pienso de otra forma. Todo lo que está solucionado acá en tramas, lo hago en color. Meto tramas, pero a veces las tapo con color. Como va a salir también en blanco y negro, tengo que tener las dos en medio.

Siempre estuvo presente esa influencia en lo que yo hago. Desde que salía Skorpio acá. Siempre me gusto esa mezcla de chico. Esas cosas que de repente te preguntas, ¿cómo te pego tan fuerte de chico que te marco para toda la vida?

Calculo que eran los libros. Vos tenés acceso a los libros, y te gusta mirar,  ¡los libros y las historietas!

¿Cómo funciona tu relación con el guionista  Eduardo Mazzitelli?
Nosotros nos juntamos todas las semanas a charlar. A lo mejor yo tengo la idea, le digo: vamos a hacer una historia habituada en Siam; la vamos cambiando, hablando, tiene algo de lo que yo le dije, le introduce otros elementos, la enriquece… yo a lo mejor aporto la parte que tenga que ver con el background, con la cultura, porque  sobre esas cosas he leído toda la vida.; él, con todos esos elementos, arma una historia.

En Skorpio nos encontrábamos todos en días de entrega. Al final acabamos haciendo lazos muchos dibujantes con los guionistas. Aunque a los editores no les gustaba mucho, pero lo terminaron aceptando, porque era natural, y salían buenas cosas. Con Eduardo desde fines de los 80s estamos con esta ida y vuelta. Hicimos muchas cosas.

 Si el guionista  sabe lo que vos quieres hacer o te interpreta, los trabajos salen mejor que cuando no existe tal contacto.

Ya cuando vino el guion, la historia ya esta charlada. A veces le pido que agregue tal cosa, o altere tal otra, pero la historia no se toca. Como que yo ya se lo que va escribir, el ya sabe lo que voy a dibujar: es una especie de simbiosis que hemos logrado. Lo logras con gente con la que trabajas mucho tiempo… aparte somos amigos personales.

¿Vos comenzaste en la revista Skorpio...?
Marco una época. Cuando se apareció la Skorpio, no había nada como esa acá. De repente, había afiches en la calle, en aquella época, en el ‘74, la tapa numero uno de Skorpio, con la carota de El Corto Maltés. Fue el reencuentro del publico argentino con El Corto Maltes, y con muchos dibujantes que a lo mejor vos conocías de trabajos en Columba, ¡pero dibujando cosas mas copadas! A lo mejor eran cosas muy setenteras… pero, ¡En su momento eran realmente llamativas! Creo que Skorpio fue una buena revista dentro de todo. Tenía mucha variedad. A mi me gustan mucho las antologías. Me gustaba la de Columba, la primera FIERRO

Cuando yo entre a Skorpio, había dibujantes de 30-35 años, y tendría 17-18años. Empecé a ser ayudante. Y empecé a publicar a esa misma edad. Pero, yo, un pibe, accedía al mundo de los dibujantes. No es como ahora que vez muchos dibujantes de la misma edad. Lo ves en Viñetas Sueltas. Tenés mucha gente de 20-30años. Cuando yo era joven no pasaba eso. Quizás porque era más una industria, un trabajo. Quizás porque había perdido un poco la mística como arte, como medio expresivo… Era trabajo, pero con el dibujo. 

Vos también trabajaste para Europa, ¿cómo estuvo laburar en La Thompson?
Era como una especia Columba de Inglaterra. Una editorial escocesa. En esa época, ¡la industria británica del comic era impresionante! Después todas fueron cayendo una a una…

Durante la época de Toutain, todos los artistas  laburando para afuera… y como que muchas industrias europeas cayeron ante el avance del Manga y el Comic Yanqui. Las que más o menos se mantuvieron fueron Francia e Italia.

La Thompson sacaba muchas cosas: los típicos formatos de corta antología (tipo “continuara…”), revistas semanales para cuales dibuje muchos años; y también sacaban libritos sobre la Segunda Guerra Mundial, libros de historieta chiquitos, de dos o tres cuadros por pagina de 64 paginas. Se vendían como el pan—ellos sacaban de fútbol y de guerra. A fines de los 70s sacaron una serie de libritos  de ciencia ficción, que se llamaba Starblazer, y empecé a trabajar ahí. Trabaje años.


Yo disfrutaba mucho porque te permitían hacer lo que quisieras. (Una que otra vez me dijeron que me estaba yendo al carajo…) A veces me tapaban cosas. Eran prácticas comunes en la época. Por ejemplo, mostraba una nave, y alrededor de la nave criaturas raras. Y me las tapaban porque “distraían” no porque yo hubiera hecho algo impropio…

No aparecía mi firma… eran practicas muy comunes. Ahí si, cuando cerró la colección, sacaron unos números donde contaban todos los colaboradores. Ahí yo me entere que había creado un personaje con Grant Morrison, hicimos muchas historias juntos, sin nunca conocernos, porque ellos te mandaban el guion, como se trabajaba en esa época. El guionista le vendía a la editorial, la editorial veía a quien le daba el guion, y al que le tocaba le tocaba.

Aun con todas esas contras, aunque no era un trabajo bien pagado, era mucho trabajo, trabajo continuado.  Pude pagar mi departamento con ese trabajo, casarme y demás. Me fui formando ahí.

Lo que pasa es que después vino la gran crisis editorial de todo el mundo… la implosión que se produce a principios de los noventas.

La Thompson descontinuo casi todo, solo continúo con sus libritos de guerra, y su semanario humorístico, que era muy famoso. Todo lo que fuera más rarito lo corto.

Pero vos fíjate como son las cosas: a través de este trabajo me rastrea  Alan Grant. “¿Quién es ese tipo?” decía. Me rastrea para que trabajemos juntos. Y muchos dibujantes ingleses me conocen por eso.

Cuando haces algo con alma  y pones todo, de alguna forma se nota y empezás a trascender… y te abrís nuevas posibilidades de trabajo. Eso termino, una pena, sigo en contacto con gente que conocí los nombres de los guionistas, (con uno de ellos hicimos una historieta para El Fantasma de Moonstone), y bueno…

Como maestro del dibujo fantástico, ¿crees que la fantasía necesita un referente en la realidad?
Todo tiene un pie en la realidad, siempre. Eso también es lo que lo hace impactante. La combinación de un tipo con aletas, o un edificio que tenga una cara, o este flotando un poco arriba de suelo: eso es lo que hace decir, ¡pucha!

Me acuerdo una vez de una historia de Starblazer, que era una historia muy tipo Lovecraft. Yo buscaba los monstruos, los lugares que Lovecraft decía innarrables, innombrables, de geometría no euclidiana— ¡vos no sabes el agotamiento mental! Yo quería hacer una cosa medio cubista, visto de muchas perspectivas, que tuviera volumen pero que fuera plano… algo que no obedeciera la  geometría  tradicional, que tratara de representar gráficamente… andaba calculando, pensando, quede planchado, agotado físicamente. No se si lo logre o no. Justamente ahí trataba de trabajar sin parámetros.

Fíjate en la pintura de Dalí: tenés el reloj derretido, y la montaña del fondo son las que el conoce de Cataluña… es esa combinación. De repente en nuestra historia siamesa aparecen unos ogros  basados en las estatuas de los guardianes de los templos en Bangkok. Pero en nuestro relato se mueven y pelean contra soldados humanos. La conjunción de las dos cosas produce la extrañeza, pero siempre hay un pie en la realidad, alguna ancla a la historia le tenés que dar. 

Tu trabajo tiene una cuestión muy orgánica también…
Por eso me tira más la fantasía que la ciencia ficción. La ciencia ficción me gusta mucho, los robots, extraterrestres… pero lo orgánico, la cosa del bosque, de la piedra, los elementos me encantan, y referirla con el dibujo. A veces me deliro con la forma del árbol, pero sigue siendo un  árbol básicamente, madera y follaje. Me gustan  mucho las formas de la naturaleza, de los animales, de las flores, de las piedras… me atrae mucho eso. Aprendí mucho de los estampistas japoneses. Rescatar formas de la naturaleza en grafica no pictórica, con línea. Hokusai, sus grandes flores, sus paisajes, diferentes estilos para sugerir vegetación…

En tu trabajo has utilizado viñetas muy experimentales, descompones la viñeta mucho…
Si,  he hecho de todo. He hecho cosas clásicas y otras que no lo son… a veces he hecho decisiones concientes de los formatos, por ejemplo, “esta historieta no va  a tener los cuadros recuadrados” y así lo he hecho. Me acuerdo que me gustaba mucho el laburo de Russ Manning en Magnus por ejemplo que definía los cuadros por el color que se cortaba de repente.

De pronto pienso, esta historia la debería diagramar más clásicamente, esta le saco los cuadros… con los tiempos he aprendido a valorar más la puesta en pagina. Muchas veces cuando haces composiciones raras, te vas un poquito de lo que tiene que ser la historieta (creo), te estas jugando mas al poster o al impacto visual, y a lo mejor la historia sufre un poquito. Vos querés hacer un dibujo lindo, y la narrativa a lo mejor patina. He pecado de eso muchas veces. Es un equilibrio que tenés que guardar.

Me gusta buscar formas aleatorias de ubicar los elementos en la pagina, pero trato, en general, de que la narración no se perjudique, que quede claro el hilo que tiene que seguir el lector. No “cancherear” con el dibujo… es difícil.  Acá “cancherear” quiere decir mandarse la parte, fanfarronear, ¡no tiene sentido!
Tenés que saber donde parar (y a veces no podes parar).

¿Alguna vez has indagado en la pintura…?
No pinto. Me gusta mucho la línea.  Me gustan también muchos pintores, no solamente la historieta. Admiro mucho a los pintores en lo que tratan de color. Me acuerdo cuando fui al Museo del Prado por primera vez, lo primero que quería ver era El Jardín de las Delicias del Bosco, yo vi y me encanto.  Y El Triunfo de la Muerte de Brueghel. Lo que me voló la cabeza del Prado fue Velázquez y Goya… me quedaba horas viendo a Goya. Nunca le había dado tanta bola, pero cuando lo vi, ahí me quede…

Esta la guerra napoleónica en las calles de Madrid, los cuadros negros, Saturno devorando a sus hijos…
Descubrí esas cosas: Goya lo logra a partir del color. Era un gran dibujante, pero también un gran pintor. Yo no se pintar. Cuando yo hago color, pinto dibujo. Hago una línea muy fuerte. No se modelar, y tampoco me interesa, modelar con el color. Pero, admiro profundamente a los que lo hacen, como Goya y Velázquez.
Lea el resto de la historieta infantil Looking for Golliwog.
También trabajaste alguna vez en la revista Anteojito, dibujando para pibes…
Me encantaba y lo extraño, me encantaría volver a hacer una cosa pensada para pibes. En general lo que ves ahora  pensado para niños está diibujado en un estilo cartoon o pseudocartoon… cuando yo trabajaba en Anteojito, dibujaba para pibes, pero con mi estilo. Me dieron carta libre para hacer. Al principio me la pintaban ellos, y no me gustaba nada, entonces comencé a pintar los originales y empecé a tomarle gusto al color.

Hacia historias de fantasía para chicos, y de pronto veo gente de tu edad que me dice que le gustaba lo que hacia para Anteojito. No era una revista de historietas, era una revista escolar, con información escolar, con algunas historietas de relleno. Yo le lleve muestras a García Ferré, le gusto, y me dejo trabajar. Una sola vez me observó una cosa, y tenia razón. Me pagaban religiosamente… de García Ferré y de Anteojito tengo un gran recuerdo. Después largue porque tenía mucho trabajo de afuera…

¿Quizás la ilustración en libros para niños recibe una estética mas elaborada…?
Lo que yo veo en general de en libros infantiles de ilustradores argentinos, es como una similitud de estilo pseudo-naive, o una onda… no realista, ¡ aunque  hay algunos muy lindos! Prefiero la  escuela… que se yo, a lo  Alan Lee . La bella ilustración elaborada me gusta, aunque admire mucho  la síntesis.

Muchos de mis historietistas preferidos, Otto Soglow, de The Little King, ¡tenia un síntesis total! Los chicos yo creo que entienden ese dibujo, pero también disfrutan de cosas  más  complejas..

Cuando yo era chico me gustaban bellos dibujos, no hecho de palotes, sino un bello dibujo que estaba trabajado, ¡te metías en ese mundo! Creo que un chico puede digerir perfectamente una cosa más elaborada. No deliberadamente adaptada a sus gustos entre comillas, “a su capacidad”.

La ilustración me interesa, pero nunca me intereso tanto como la historieta. No me interesaría ser ilustrador. 

¿Vos siempre fuiste fan de la historieta?
Yo leía mucha historieta de chico... pero también leía libros. Ó sea, eso que “la historieta aleja al pibe de los libros” no fue verdad— ¡convivían los dos! Recuerdo esa colección de Joyas de Mitología que sacaba Novaro, ¡me abrió la cabeza! Aprendí de ella, y la  disfrutaba. También disfrutaba de las revistas que  a lo mejor no eran “didácticas” por llamarlas de una manera, como Batman o Tomahawk (era un fanático yo, porque aparecían pieles rojas…), ¡y te abrían la cabeza! ¡Te despertaba la imaginación!
Al mismo tiempo iba descubriendo Stevenson, Salgari, los autores que uno lee de chico…

Ahora quizás no leo tanta historieta como antes, pero la sigo mirando, quizás no soy tan indiscriminado para leer algo, pero me sigue gustando, y me siguen gustando las cosas que me gustaban de chico: The Flash, de Broome e Infantino,  me sigue pareciendo una buena historieta.  Son buenas historias para chicos: buenos dibujos, buenos guiones, no creo que hayan envejecido.

Nada de lo que se hace ahora en superhéroes esta a la altura de esas cosas. Nada, NADA. Lo bueno  que se hace en el género  hoy en día,  como  lo  de Morrison, Busiek, Allred,  se basa mucho en esa época, y rescata mucho el espíritu de esa época. Después hay toda una onda que me parece la reelaboración de lo mismo… 

¿Te parece que la figura del superhéroe entro en crisis?
No lo sé.  Simplemente, a mí no me gusta cómo se los hace ahora. Creo que es un lindo género. Pero para mi funcionaba cuando eran historias pensadas para un publico infantil. Podes mandarte una o dos genialidades como Watchmen (y en menor grado) Dark Knight. Pero, ya después no podes seguir…

Toda esa onda dura, grim y gritty de los 80s, de los 90s, ¡es desagradable! Se mete con iconos que eran pensados para chicos, un poco ingenuos, ¡y hasta se vuelve ridículo! Empezás a ver las cosas ridículas: me creo a Batman mientras pelea contra Guasón en la historieta que hacia Dick Sprang. Pero Batman en una cosa pseudorealista, y toda esa moda que ha habido después…a mi no me gusta, me rompe las pelotas. Me parece pretencioso, me parece que eso de adulto con una cosa que no es para adultos…
Yo lo veo con los ojos que fue hecho: ¡Es una historieta para Pibes!

Se perdió el contacto con el pibe, y se fue el género a la mierda. Y algo de la culpa sin duda lo tiene la Marvel. La innovación que produce la Marvel en los 60s era extraordinaria. Stan Lee era bueno, porque sin dejar de ser para chicos, de repente dio una vuelta de tuerca y lo acerco a un público a lo mejor más adolescente, Los Cuatro Fantásticos, Spiderman, no eran héroes tan acartonados como los de DC, pero seguían siendo para chicos.

Todo eso a la larga fue creando superhéroes conflictuados, “realistas”, y ahí se produce una tensión que no se soluciona para mí. Diría que en general lo que se hace ahora son viejas ideas, reelaboraciones, siempre lo mismo—no me despierta ninguna curiosidad. Me parece que están pensadas para mantener el trademark vivo y me parece que ¡están pensadas para seguir escribiendo para los fans de 40 años!

Un amigo peruano me decía que en Perú no podía haber superhéroes, porque alguien fuerte, veloz, etc. abusaría, entonces en Perú el concepto no funciona. Una sociedad utópica, con sus héroes vivos entre ellos tiene que ser una civilización privilegiada. ¿Cómo podrías explicar que el 3er mundo tuviera a un Superman…?
Cuando ya entra la realidad, el planteo es absurdo. Lo hizo muy bien Moore en  “Miracleman”, en el que, desde un punto de vista más “realista”, cuenta lo que le pasaría a un tipo como Superman .  Miracleman se vuelve el rey del mundo, porque lo tiene que hacer, nadie podía. Ahí puedes contar un fabula, una parábola, el genero de superhéroes se presta a eso. Pero no pueden ser aventuras mensuales: porque se vuelve algo realmente jodido o ridículo, pierde el norte. Funcionaba mientras hacían historias ingenuas, tipo “El Paladín Enmascarado” contra…, y vos no les pedias más que eso a las historias. Ahora si las empezás a subir, y hacerlas más relevantes…

Cosa que me ha caído mal es Linterna Verde y Flecha Verde de Neal Adams, ¡es absurdo, pomposo, déjate de joder! Linterna Verde, que tiene el anillo y pelea contra extraterrestres, ¿Qué querés hacer?
Si querés contar una historia relevante, ¡no usés a los superhéroes! ¡Es absurdo!

Trata una historia sobre el racismo, sobre los problemas en tu país, pero desde otro punto de vista.

Un poco volviendo a lo de la mitología, el cuento básico del Superhéroe es un poco el viaje del héroe al desconocido, toda la vuelta de tuerca que tiene Campbell… realmente los clásicos están estructurados de una forma muy clásica.
Superman llega con el cohetito, como Moisés que lo rescatan de la cesta, tal cual: el héroe encontrado. Ahora Superman es un personaje de putamadre, pero es muy difícil escribirlo. La época  en la que Mort Wessinger era el editor de Superman, serian los 50s-60s, eran buenas las historias de Superman, que no tenían que ver tanto con conflictos interplanetarios, peleas y puñetazos, sino que eran el Superhéroe en el mundo real, en un mundo sin poderes. Historias que a lo mejor eran muy tenues, muy pavas, pero ahí con Jimmy Olson, Louisa Lane, los Bizarros, Clark Kent, Papa y Mama Kent: un universo contenido que tenia que ver con esa diferencia. Eran como historias costumbristas.

Vos fíjate que el viejo Superman no abusaba de la acción. Era Braniac que lo hacia chiquitito,  Luthor que le hacia una macana, no como veías en la Marvel, esa macro saga de Thor o los Cuatro Fantásticos, hiperviolenta. Creo que de alguna forma intuitiva, Superman encarnaba mejor que nada esa época. De ahí en fuera nunca han sabido más hacer con el. Un poco el espíritu de esas historias lo rescata Morrison muy bien en All Star Superman, porque lo ve con una sensibilidad siglo XXI, pero con esa mística que tenían en ese entonces.

Al mismo tiempo, Superman es un superhéroe que muchos critican, pero el mensaje en general era bueno: el tipo podría haber sido el rey del mundo, y deliberadamente escoge postergarse, ser anónimo… la idea del sacrificio, la abnegación es un valor muy noble. Por eso me gustaba Superman.

Simpática nota en Tebeosfera sobre esta
 versión de Batman 
AQUÍ.
También trabajaste para Estados Unidos… ¿Cuando alguien quiere hacer un personaje seriados de esos que son casi un logotipo, como se aproxima uno a ello?
Entre primero como entintador… Tim Truman había visto mi trabajo para Skorpio y me ofreció entintarle Hawkworld, que era una serie de los 80s. ¡Macanudo! A partir de eso entre al mercado yanqui. Había mucha experimentación en el mainstream: se permitían cosas que a lo mejor ya no se permiten tanto. De repente vos hacías tu versión de Batman y era interesante para ellos (era la época de Arkham Asylum y todas esas cosas raras). Chuck Dixon me dice, che, salió el proyecto Elseworlds que es una historia de piratas, entonces yo le diseñe unos personajes de Batman pero pirata y le encanto. Se lo o mostro a DC y ya esta. A mi me encanta dibujar piratas y los personajes me gustan, hacer el Guasón con la peluca tipo capitán Garfio... Era mi dibujo, pero por otro lado, para mi no dejaba de ser Batman.


También dibuje Flash: hice un Flash más infantil. Disfrute muchísimo haciendo Flash, pero la pintaron tan mal, con ese programa de computadora de mierda, que todo el laburo que yo había tomado se perdió en la revista.

Yo me estaba dando el gusto de dibujar personajes que me habían gustado desde chico, pero toda la vida dibujar Flash, no se si era lo que quería . Por más que vos le pongas tu marca, no dejan  de ser personajes que no son  tuyos. Todo el resto de las cosas que hago, son mías.

Acero Liquido, editado por
Belerofonte y Loco Rabia Editores.
Después de que se cae el mercado internacional, te empezaron a editar los de Belerofonte del Uruguay…
Nosotros hace muchos años que no publicábamos acá. Las cosas que hacemos la gente no la conocía. Es feo. Vos sentís eso, lo sentís muy fuerte cuando no publicas en tu país. De repente digo, mierda, que lindo, que te compren acá, no un tipo en algún otro país que vos no vas a conocer nunca:  extrañás que en tu país no puedan acceder a tu material.

Nosotros dijimos, no pagan, porque son medio independientes, ¡pero pagan! Y son responsables, son serios. No podríamos vivir de esto, pero son historietas que hicimos para afuera, ya hemos cobrado, y nos podemos dar el lujo (si querés) en una edición nacional más barata, que de repente te acerca a al publico tuyo, al publico de tu país. Esta gente de Belerofonte resulto ser muy seria, ¡cosa que no pasa acá!

Muchas veces a mi lo que me saca de onda en estas convenciones  de comic es que la gente putea a Columba, putea  a Record, “piratas hijos de puta”. Eran editores duros, y se mandaban las suyas (como quedarse con todos los originales), ¡pero era común en una época! Gran parte de mi obra no la tengo más. Yo empecé a conservar los originales cuando ya tenia más o menos nombre y podía negociar. Con la tecnología, ya no necesitan el original además. Habían todas las cosas jodidas que podías decir, pero te pagaban: religiosamente vos cobrabas todos los meses. Vos podías acceder a mejores precios si tu trabajo crecía.

Estos editores que se las dan de grandes defensores de la historieta son chantas porque cagan a los artistas, no les pagan directamente. Les dicen, “mira, esta listo tu libro…” ¿y con eso? ¡pará! Aparte que me diste mi libro, algo te tiene que pagar. Decime claro: no te puedo pagar más de dos pesos, pero dos pesos te voy a pagar. Si te acepta, te lo edita. ¿Pero ni siquiera pagarle los dos pesos? Los viejos editores están denostados, pero no te cagaban con la guita, nunca.

Pasa eso mucho en la Argentina, un movimiento que es un poco histérico y no es real: tenés muchos emprendimientitos que no dejan de ser fanzines glorificados. Los artistas no ven un mango. Por lo menos mantiene cosas para ver, pero la parte industrial, de empresa, para decir que si hay un renacimiento, no existe. 

Hay quienes dicen que esa época de mayor industria ya se fue…
Hay muchos jóvenes que trabajan para el exterior y tienen asistentes. Lo que no existe más es la industria que había acá. ¡Vos podías vivir de eso! En una época (anterior a la mía) te llenabas bastante de guita. Yo nunca me llene mucho de guita, pero los 70s, laborar para Columba ¡era mucha mosca!

Muchos siguen trabajando con asistente, pero no hay industrial local. Tienes esas cosas chiquititas que salen, pero no llegan a ser… nadie puede vivir de publicar en FIERRO; yo podía vivir de publicar en Skorpio. Vivía normal, no como un duque, pero tranquilo.

Es probable, como vos decís, ojala vuelva, que se recupere…

¡Pero ojo! En época de crisis, de relativa retracción, a lo mejor la forma de divertimiento puede volver a ser cosas baratas como la revista. Si bien es cierto que cuando falta la guita, lo primero que cortas es lo frívolo, al mismo tiempo, sigue siendo una forma de entretenimiento barata: me refiero a la revista del kiosco, no la revista en comiquería que te corta la cabeza. No se, veamos lo que pasa con FIERRO, (para mi no es lo suficientemente popular)… ahora salió Comic.ar, es un formato raro, tabloide, pero es buena  y barata: vamos a ver si engancha la gente.

Todos los demás proyectos: Domus, etc., vos fíjate que son como libros, o revistas que salen cuando pueden, que no despierta en el lector el seguimiento, no creas el habito nunca. Si no podés sacar una revista regularmente, saca libros. Es un esfuerzo al pedo. No sirve sacar cada dos, cada cinco, o si salen tres números por año, ¡ciao! Hasta que eso no se logre, no pasa nada.

De los jóvenes de hoy, ¿quienes te llaman la atención?
Calvi, Sanz, Lucas Varela, Túnica, Saenz Valiente, Berliac… ¡hay mucha gente buena! Siempre aparece gente interesante—.
¿Alguna vez has tenido que parar de dibujar?
Sandman, personaje de Neil Gaiman,
por Alcatena.
Una vez estuve muy enfermo, estuve sin dibujar… casi me muero. Hace más de diez años. Estuve sin dibujar como un mes. Estaba muy medicado, me temblaba el pulso… no sabes, dibujar una pagina ¡lo que me costaba! Hasta que pude controlar el pulso otra vez. Me acuerdo que estuve en Fantabaires, el año que conocí a Neil Gaiman, y yo le ponía mis datos y todo, y me acuerdo que me costaba escribir. Me acuerdo pensar, ¡este tipo debe pensar que yo soy un parapléjico! Hasta que volví a agarrar la mano estaba muy preocupado…

Por suerte nunca he tenido que parar más de eso… ¡dibujo siempre! Nunca me aburrió tampoco... nunca sentí el tedio de “ bueno… tengo que sentarme a dibujar”. A veces sentís cansancio, o la presión de las entregas (porque vivís de esto), y bueno… me puedo hacer el loco. Pero siempre trato de buscarle la vuelta, porque tiene que ser entretenido también. Sino el producto va a quedar feo, va a quedar mal.

Fue un poco lo que me paso en cierta medida cuando trabajaba para Estados Unidos. Llego un momento en que no me gustaba lo que hacia, me parecía que estaba involucionando… me encantan estos personajes, y me gusta lo que me pagaban, pero no… me parecía que no estaba yendo a ningún lado. No te digo que de ves en cuando no me gustaría hacer mi versión de Detective Marciano, pero prefiero ver el Detective Marciano dibujado por Joe Certa (risas).

¿Si tú pudieras vivir en otra época?
¿Sabés que no? Fueron muy terribles otras épocas. A mi me encanta el siglo XVIII, me encanta. La ambientación… ¡pero era una mierda el siglo XVII! ¡La pobreza, el hambre, la mugre, los olores, las desigualdades sociales, aun peor que hoy en día! Uno tiende a romantizar, idealizar el mundo, ¡pero para la mierda! Que buenas las aventuras de Daniel Boone, pero que no te agarrara un indio, porque te torturaba como un perro. Estas épocas no son nada del otro mundo, pero en ciertos lugares, de cierta manera nos hemos civilizado. Lindo romantizar con el pasado, pero me alegro mucho de haber vivido los 60s de chico, y bueno… estoy contento con la época en que me toco.

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