lunes, 15 de agosto de 2011

Entrevista: Sergio Langer

¿Quién es?
De humor fuerte y contundente, Langer es un historietista y humorista gráfico argentino que publica actualmente en el diario Clarín y en la revista satírica Barcelona además de auto editarse y participar en diversas publicaciones. En sus inicios (cuando aun firmaba incluyendo su nombre, “Sergio”, descolló en la última etapa de la mítica revista Rico Tipo; de donde saltó a colaborar en los últimos años de la legendaria revista Humor). Un maestro del dibujo underground, con raíces hundidas en el grafismo sucio de relevante contenido social, sus trabajos casi siempre terminan generando algún tipo de polémica, algo que cada vez le gusta más a su creciente público.

Entrevista realizada el 26-3-09*

El porteño tiene una actitud muy irónica,  sobradora, soberbia… y, ahí se va amasando durante años una manera de hacer humor, bien Argentina, ¿no? Yo no soy un estudioso de esto, pero por lo que veo en otras sociedades, son más formales, hay más respeto por el orden establecido. Las jerarquías, son aun mas rígidas que acá. Argentina tiene una clase media muy importante, que si bien se fue empobreciendo y proletarizando a través de las políticas neoliberales, sigue siendo la marca distintiva con respecto a la mayoría de los países de Latinoamérica, adonde el abismo entre los que tienen y los pobres es muy profundo.

Buenos Aires es muy cosmopolita, europea, y eso influye para que el humor sea más desfachatado, mas libre, más ácido y filoso. Hay una mezcla de lo español, con lo tano, lo judío, el psicoanálisis, que fue amasando un humor muy sofisticado y feroz, que hoy se puede apreciar en el excelente semanario ''Barcelona''.

Hay algo que flota en el aire, un clima de época, que es: no podemos modificar esta realidad tan de mierda, pues nos burlamos, les metemos un palo en el culo a los garcas, a los caretas...un poco el humor viene a reparar y a denunciar un montón de cosas que andan muy mal...por eso la gente se identifica con esos textos o dibujos humorísticos y los disfruta.

Yo, personalmente hago humor de todo calibre, tranqui, correcto, profesional...depende de los medios adonde uno trabaja, pero siempre con la mira en lo que anda mal, en lo que jode a la gente...y si tengo un espacio de libertad mayor, un fanzine, un medio independiente, prefiero hacer un humor más zarpado, más negro y cruel... cruzar algunos límites.


¿De dónde salió tu inquietud por publicar?
Continúa leyendo en Mama Pierri...
De una muestra de humor gráfico que fui a ver en el año ’79. Y dibujar… siempre me gustó dibujar. Todos los chicos dibujan. Llega un momento en que dejan de dibujar porque pasan a “ser grandes” y dibujar no forma parte de la diversión. Ahora, las computadoras, la televisión, captan enseguida el interés del niño y lo sacan del lugar de jugar por jugar ¿no? Yo dibujaba, dibujaba, y siempre me gustó dibujar guerras, porque mi madre fue sobreviviente de un campo de concentración y mi tío Iasha, que aun vive, estuvo en Stalingrado, peleando para los rusos, contra los nazis. Por esa razón, en mi caso, ése es un tema tan fuerte... [a la publicación de este reportaje nos hemos enterado que falleció a los 91 años el tío Iasha].

Como suelo repetir: “Yo dibujo para no laburar”... una frase que le escuche a mi maestro de dibujo, Luis Scafati, alguna vez… ¿Sin embargo es un trabajo, no? ¡Y me la paso laburando!

Yo conseguí resolver mi vida laburando de dibujante, un privilegio que muy pocos tienen y que agradezco desde siempre.

¿Encontraste en algún momento una herramienta que sintieras más afín, que te facilitara el trabajo sobre el papel?
Soy muy  amigo de Palomo, uno de los historietistas chilenos más importantes, autor de El Cuarto Reich  y en uno de su viajes, me mostró el “Artpen” y lo adopté en seguida. Pero trabajo con todo tipo de herramienta: lapiceras, bolígrafos, lápices, pinceles, plumas en su momento, pero básicamente mis herramientas son dos: papel blanco y tinta negra.


Se que has hecho mucho humor político, pero también tiene tu gráfica algo que se podría considerar muy underground, especialmente si vemos tu publicación Lápiz Japonés, una especie de Raw argentina que sacudió el panorama editorial a principios de los ’90.
Fueron sólo cuatro números, pero aun hoy se sigue hablando de Lápiz Japonés… Lo que pasa es que ya lo Under (por underground), hoy por hoy, no sé, siempre hay algo Under… si hay algo oficial, hay algo alternativo. En mi caso, hoy puedo colaborar con fanzines alternativos de forma gratuita, obviamente y al mismo tiempo, publicar en grandes multimedios como Clarín.


Al estar en un diario  masivo, con cientos de miles de lectores  hay temas que no puedo tocar: drogas, por ejemplo… la Iglesia o lo sexual y eso está claro porque el Clarín es un diario que lee toda la familia. Cuando abordo otras temáticas, adonde cruzo los límites del “buen gusto’’, más feroces y con sexualidad explícita, lo puedo hacer en medios independientes como el semanario Barcelona


Háblame un poco más de tu experiencia con los cuatro números de Lápiz Japonés, a partir de 1993.
 ¡Era un fanzine hecho con algún dinero de los ahorros que teníamos Diego Bianchi y yo. Les dimos espacio a todos los artistas que estaban trabajando en ese momento en los fanzines. Nos fuimos al Parque Rivadavia, que es donde en la Ciudad de Buenos Aires se juntan todos los editores de fanzines y además es una gran feria de compra venta de revistas de comics…charlamos con amigos, y por una vez nos pusimos del otro lado del mostrador, pasamos de dibujantes a editores, y nos salió muy bien..

Nota de Carlos Gamerro (Página 12)
sobre Mama Pierri.
Me llamó mucho la atención tu libro Manual de Historia de Argentina, adonde se muestra el proceso de edición de tus chistes publicados en Clarín entre 1998 y 2003…
Yo directamente les mandaba por fax los bocetos…y en el libro salieron publicados los bocetos en tinta roja y los que salieron publicados en tinta negra, el libro lo editó Pequeño Editor, una editorial independiente y efectivamente muestra como el diario elegía cuales dibujos publicaba y cuales no…

Me encanta cómo perfilas a la clase política en tu trabajo. Cuando haces el chiste con los políticos,  donde sale la madre y le dice a su hija “Acordáte, no hables con ningún político” eso me mató
En el 2001, el descrédito de la clase política era total. ¡Y mirá como se reciclaron! Sí, se van reciclando. Porque, la consigna en ese momento era “¡Que se vayan todos!”…y ese chiste de la madre al despedir a sus niños que van a la escuela, les advierte que durante el trayecto no hablen con extraños y menos con políticos…


En tus chistes atacas mucho a  la clase media.
Bromeo mucho con la clase media porque es lo que conozco. Lo otro me llega, yo no me meto en las villas (barriadas pobres). Se que hay pobreza, y me puedo imaginar cómo viven. Me pongo en lugar del otro. Si no te ponés en lugar del otro, no podés hacer nada. No sólo en el humor gráfico, en general. No podés evolucionar, te quedás siempre en el mismo lugar.

Yo jodo mucho con la clase media, con esa vieja que está en el barrio y por ahí es peor que cualquier político. La Nelly, que publicamos en Clarín, todos los días, tiene algo de eso… con Rubén Mira, el guionista, logramos construir un personaje que es querible y popular. En cambio mi personaje, Mama Pierri, que publico en Barcelona, es mucho más acido que Nelly, es una mujer nazi, re católica, del Opus, horripilante, con un hijo gay al que humilla y somete todo el tiempo y para un público más intelectual, que maneja más el lenguaje irónico  y los códigos de la historieta y el fanzine.


¿Cómo es tu trabajo en equipo con Rubén Mira?
Trabajamos lo más bien desde hace 8 años. El como escritor le ha dado desde un principio el tono literario, la construcción de los personajes, y yo le aporté mi dibujo y la síntesis que aprendí haciendo humor durante más de 20 años. Luego nos confundimos en una tercera mente que es la que produce el milagro de darle vida diaria a ese monstruito urbano que es Nelly y todos los personajes que la acompañan, desde su amiga Selva, a Catalina, la chola boliviana que vende verduras en la calle, a los Pibes Chorros y Cheng, el chino del supermercado del barrio y muchos personajes más.

¿Tardó en agarrar La Nelly?
Sí, tardo 5 o 6 años. Pero ahora está bueno porque ya tiene códigos propios. La Nelly puede decir tal cosa pero no puede decir tal otra. El mismo personaje te va dando la pista. Pero al principio era todos los días estar juntarnos a pensar por dónde íbamos. Rubén siempre la vio con una proyección al futuro. Cuando empezamos a trabajar, en septiembre, me decía, “podemos en diciembre hacer una historia sobre navidad, que arranque ahora…” Y yo le decía, “tenemos que hacer una tira para mañana, ¿qué diciembre?” Yo no entendía, que el estaba proyectando como una especie de novela por entregas. Es lo que es, como una especie de sitcom. Pero hoy en día son mas cortas, no más de una semana cada secuela.

¿Qué recepción has tenido del público de La Nelly?
La devolución de la gente, en la medida en que yo me la cruzo, es buena. Me pasa que me dicen: “Yo conozco a La Nelly, es mi vecina”.  Una vez, tuve que ir a la piscina y hacer un trámite, así que me derivaron a la administración, con “Nelly.” Era una vieja, con pelo teñido, fumando…era Nelly. “Se llama Nelly, como el personaje de la historieta” le dije. Y ella: “No me hable, que bastante me cargan con eso.” ¡A ver si todavía me quemaba con el cigarrillo!

A los chicos les gusta mucho la tira. Se ve que los niños están más permeables a esa estética así fea, grotesca.
Nelly te remite a una época. Una “Nelly” debe tener como 60 años, es un nombre  de otra época…hoy no hay niñas que se llaman Nélida (porque Nelly es el diminutivo).


¿Cómo surgió el elemento de Collage?
Al principio dibujaba las caricaturas yo mismo, pero me parece que el collage es más efectivo. Es un concepto que tiene otra llegada, me gusta. Y es un lenguaje más moderno el de pegar las fotos de los políticos o los actores…la verdad es que no me sale dibujar caricaturas y es más rápido pegar las fotos que bajamos de la web (es un secreto, así que no lo difundas, jajaja )

¿En algún momento te ha interesado hacer una historieta más larga o secuencial? ¿Un chiste en varios cuadros?
He hecho algunas historietas largas. Una es La Vida es Bella que salió en la nueva etapa de la revista FIERRO. Es una historia sobre los campos de concentración, con cosas que no sucedieron pero que, de acuerdo con mi punto de vista, podían haber sucedido. Los Nazis se suicidaban y los aliados bombardeaban los campos, por ejemplo, cosa que no sucedió. O el Papa Pío XII iba a pedir que frenen la masacre… o Hitler triunfaba como artista plástico y se dedicaba a la pintura.  Nada de eso sucedió, por supuesto…son 9 páginas y es una historieta muy fuerte que se puede ver desde mi web.

Para terminar, ¿cómo ves el futuro para esta generación que viene?
En un libro mío en la primer página, se  lo dedico a mi hija, que es el futuro… y en la última página, en un chiste, los padres les dicen a sus hijos: Niños…es hora que lo sepan “¡no hay futuro!” y esa es mi propia contradicción…soy optimista y amo la vida por un lado y soy pesimista y veo un futuro caótico por el otro…En realidad lo veo jodido al futuro, pero le aporto mi humor y lo comparto con los lectores…nos reímos juntos de los garcas y los hijos de puta que nos quieren hacer consumir basura y vivir en la mediocridad y en la ilusión de Barbie y Starbuks, en los Shoppings y en comprar culos en 3D…a ese mundo le meto TNT en forma de chistes…esa es mi respuesta y mi venganza…es todo lo que puedo hacer por ahora, como artista y humorista gráfico…

Ese es el gran poder que tiene el artista, poder compartir sus pensamientos. Lograr que alguien diga: “¡Qué hijo de puta! Yo pienso lo mismo… y lo veo dibujado”. Ese es el ligue que uno genera con el otro.


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