Entrevista: Alvaro Ruilova

¿Quién es?

Álvaro Ruilova es un pintor e historietista Boliviano cuyo manejo de la plástica hiperrealista le permite crear un paisaje onírico, casi surrealista, que le dificulta el escape a su lector, aprovechando elementos y personajes de la  mitología boliviana para narrar historias modernas de terror.  Su obra está llena de monstruos fantásticos del altiplano cuyas historias irrumpen en la vida cotidiana de los paceños. Sus trabajos dentro del primer fanziculo de historieta BANG! en el 2001 se podrían considerar como pioneros dentro del movimiento actual de la historieta boliviana.

Página(s): Cuentos de Cuculis

Entrevista realizada el 6-2008

La historieta es un arte que es más o menos perfecto: porque si tienes mal dibujo, puedes compensarlo con un buen guion, o muy buena historia. Si tienes buen dibujo, puedes darte el lujo de no desesperarte mucho con un buen guión.

                           

Uno tiene que ser muy malo para hacer una historieta sin algo de esas tres cosas que pueden salvarla.

__ _______ __

El dibujo es el esqueleto. Puedes camuflajearlo tantito con el color, pero si está mal el esqueleto, es un niño deforme.

¿Comenzaste trabajando en el suplemente BANG! de historieta con Susana Villegas y con Edwin Alvares?

Comenzamos el 2001, y comenzamos aun estudiantes de la Academia Nacional de Bellas Artes, de la escuela aquí abajo y fuimos convocados por Susana. Ella trabajaba de caricaturista en el periódico Presencia. Los editores en jefe le pidieron reunir gente para hacer una revista de tatuajes, de eso iba en un principio. Ella aprovecho por hacer una revista de historieta. Se cago en lo que dijeron, y estuvimos como medio año ahí haciendo un suplemento semanal, sabadino, de historietas y videojuegos.

Eran dos páginas por autor, éramos tres, mas unas otras páginas de noticias y comentarios. Al principio éramos solo nosotros, pero después decidimos incluir unos changos de comunicación que también eran fanáticos del Club de Historietas que se reunían por aquí. Y éramos un grupo grande al final, como ocho. Eran dos etapas realmente.

¿En la escuela de Bellas Artes, te graduaste en pintura?

No me he graduado. Es que me dedique a trabajar. Me faltan tres materias. Estaba en dirección a terminar en especialidad pintura.

Básicamente... recibir un titulo de cartón de arte, no tiene mucho sentido. Si tienes la oportunidad de trabajar y ya, que me paso a mí, bueno, me dedique a trabajar.

Como decía mi profesor, tu arte es tu cartón.

¿En que estas trabajando ahora?

Estoy como ilustrador, es donde recibo dinero más o menos seguro. Tengo dos o tres trabajos al mes, bastante jugosos, aunque últimamente he estado rechazando algunos  de esos trabajos.

Hace tiempo estuvo de pintor de caballete, dejando obras en galerías. Ellos se encargan de colocarlos y te pagan.

Por otro lado estoy viviendo de las ventas de mi historieta, es lo que más lucrativo me está resultando. Con las dos revistas que tengo, una casi ya no tengo. Toda la venta la estoy haciendo aquí en el Quinto Centenario. Y cada semana cobro con 100 pesos, y para vivir está bastante bien.

Así que si yo tuviera como 3-4 ejemplares, tendría un ingreso muy bueno. ¿Muy bueno para el contexto aquí no? Aquí la cosa es bastante barata.

Ahora estoy animándome a sacar posters, en base a mis revistas, poleras, tarjetas. Hay que sacarle un poco de dinero a eso.

Mi trabajo es considerado bastante comercial, en el sentido de que saca más dinero, rinde más dinero que otras publicaciones.

Sin embargo a mi no me gusta vender mucho mi trabajo. Me gusta más que otra gente me lo venda. Además, así se crea un círculo de reciprocidad. Por ejemplo Pablito vende su trabajo y se queda con el 100%. Yo vendo Cuculis por intermediario y se quedan con 10 de sus $35. Eso crea también un ciclo económico, que es necesario. Si quiero trabajar en otra publicación, tengo que pensar en un distribuidor.

La obra de Ruilova cobra nueva vida en un cortometraje 

en base a Cuentos de Cuculis II. (Nota en La Razón).

¿En cuanto a proyectos sociales, trabajo con ONGs, casas de la cultura?

Lo he hecho, pero no me han vuelto a buscar. Pero tampoco he estado detrás de esas pegas. Mientras más privado, paga más. Es el pedo: la realidad. El otro día estaba trabajando para Santillana.

He hecho un plazo para trabajar en mi historieta más que para trabajar. Quiero hacer un Cuculis más y la reedición de Cuculis dos. Quiero ver cómo reacciona la gente a mi trabajo que no tiene que ver con monstruos, quiero ver algo más superheroico. No sé.

¿Y de colaboración con otros, como la ves? ¿No quieres hacer algo así ahora? Saliste de alguna manera de la granja Susa-Edwin.

Esa experiencia fue muy linda, y si ha de repetirse, estaría feliz de participar.

¿Te sientes más como ilustrador o cuenta-cuentos, ya que veo que pesa mucho la grafica en tu trabajo?

No sé si he sido muy objetivo en ese sentido. Cuando estuve haciendo las historietas de BANG! por ejemplo (mi primera experiencia profesional), me fije mucho en la reacción de la gente por mi historia, más que por mi dibujo. ¿Porque mi dibujo..? Toda la gente me elogiaba por mi dibujo, me confió un dibujante de buen nivel, pero yo quería que la gente entendiese mi trabajo, y coseche muy buena crítica. Piensan que es unas de las mejores historias que salió en el BANG! y era una de las mías, y eso que no era para nada de ciencia ficción. Era una historia que trataba de unos extraterrestres que llegan a la tierra y empiezan a hacer unos experimentos con unos animales. Para buscar algún animal fuerte, y poder ayudarlo en su evolución. Y es la batalla de un extraterrestre tipo armadura, tipo Evangelion (porque son pequeñitos) y se enfrenta con un león. Y les gusto mucho. Me esforcé, y me di cuenta que podía dedicarme sin problemas ni vergüenzas a guionizar mis propios trabajos.

...hay gente que no puede guionizar y igual escribe.

Yo creo que obviamente soy ilustrador, 100%, pero creo que me defiendo con mis guiones.

Es que son tres cosas: el guión, la historia y la ilustración.

Uno puede tener muy mala la historia, pero puede hacer muy bien el guion, y una ilustración más o menos mediocre.

La historieta es un arte que es más o menos perfecto: porque si tienes mal dibujo, puedes compensarlo con un buen guion, o muy buena historia.  Si tienes buen dibujo, puedes darte el lujo de no desesperarte mucho con un buen guion.

Uno tiene que ser muy mal para hacer una historieta sin algo de esas tres cosas que pueden salvarla. ¡Tiene que ser un burro! Y hay, hay...

No hay falla en la historieta. Puedes hacer tranquilamente una cosa muy buena teniendo los cimientos un poco mal. Es una cosa interesante.

Como decía Hugo Pratt, "la historieta es el cine de los pobres". Si eso es cierto, aquí tendrías que hacer historieta, pero mil, millones de ejemplares, ¡millones de propuestas! Porque somos Suramérica y tienes países bastante pobres, y no por eso vamos a resignarnos a no contar ficción, o contar cosas nuestras. La historieta es el mejor vehículo. Es barata, no requiere presupuestos para grandes cosas, ni actores burros. Puedes tranquilamente contar algo tu solo y ya, y es mucho más atractiva que la literatura. Es un medio perfecto que hay que explotar.

¿Tú como te sentías en bellas artes, siendo pintor: cómo es que te atreves a hacer garabatos?

Aun sigo sintiendo un poco ofendido cuando alguien se fija en eso. Y es por eso que quiero elevar mi nivel de ilustración en historieta a un nivel artístico. Como le decía a Pablo, yo quiero que cada viñeta de mi pagina sea una pintura. Es la única forma de que la gente pueda entender que es lo mismo, solamente que es secuencial.

Pero es más trabajoso que una pintura, ¡porque pucha!

Y es por eso que a veces reniego de los trabajos de algunos de mis colegas. Eso también es un prejuicio dentro de la historieta, nosotros decimos, es historieta, hare estilo y ya, pero no se fijan en los grandes autores: en Moebius, en Sempierri, Alex Ross. Hacen arte de historieta.

¿Dime de influencias tuyas, tienes autores favoritos?

Es muy ecléctico. De todo para todo. Todo viene de la influencia que uno tiene de infancia, de la adolescencia. Esto es, mediados de los 80s, de los 90s, ese cine de terror bien fang, tipo Freddy Krueger, soy fanático de ese tipo de cintas de Sam Raimi, por ejemplo. Literatura de terror, de Stephen King, por ejemplo.

En pintura soy bien clásico. Eso fue básicamente herencia de mi estudio en la academia de Bellas Artes. Todos los Renacentistas, todos los Barrocos que están ahí: Rubens, Miguel Ángel, he aprendido a dibujar anatomía copiando los frescos de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina.

En historieta soy... aquí era un caso asqueroso, porque las historietas que me llegaban cuando tenía que leer historietas, en edad de leer historietas a mis 16-17 años, eran los saldos que llegaban de España. Si querías reunir una historia completa, jamás lo ibas a hacer, porque no llegaban las continuaciones. Más que historieta buscaba autor. Superman, Jerry Orwell, Batman, Don Brick Faul, algo así.

Como historietista, estoy en busca de una definición más personal. Soy como una especie de bisexual del arte, digamos, estoy buscando con que me quedo. Sigo en eso.

No he tenido una formación académica de historieta. Básicamente es mi experiencia como pintor y dibujante; mi experiencia como lector de historietas y como lector en sí. Con eso trabajamos.

Cuando trabajo pintura trabajo como Claudio Bravo, casi hiperrealismo. Básicamente lo que estoy haciendo ahora también es hiperrealismo. No tanto en Cuculis II, aunque ahí me esmere en que las texturas y los fondos sean lo más realista que puedan ser.  Pero ahora si estoy trabajando casi fotonovela…

¿Tu proceso cual es? ¿Por dónde le agarras tú el rabo al asunto?

Yo trabajo de noche. Muy mal hecho, pero lo hago. Casi toda la mañana me la farreo, digamos: macaneando, leyendo, haciendo cosas... Mi trabajo empieza justo a las tres de la tarde, cuando ya saco a los perros y acabo de almorzar. No me detengo hasta la cena a las 6:30-7PM. Después trabajo desde las 10-2AM.  No sé porque.

Cuando estaba en mi adolescencia, sufría de insomnio. No podía dormirme antes de las dos de la mañana. Y como iba al colegio, me levantaba a las 7 de la mañana—iba como zombi al colegio. ¡Una vez que se acabo todo pude ser libre!

En tu trabajo digital, ¿usas Photoshop?

Solo para retoques. Prefiero hacerlo todo a mano. Pero es mucho mejor hacerlo digital… Esas son las taras que te quedan de ser estudiante de arte: estas acostumbrado a hacerlo todo a mano. Ya cuando hablas de trabajo serial, para imprimir, lo mejor es hacerlo en tablero.

Yo escaneo, le pongo brillo, contraste, juego un poquitito con las texturas, solo eso. Es necesario para trabajar. Si quiero seguir haciendo historieta…

¿Qué te parece el festival Viñetas con Altura?

Recién en 2008 he estado activo en el festival. El año pasado casi ni me pinte. Básicamente es estar ahí con tu cato, vestirte e ir a vender tu pan. Pero… mediante eso mis revistas han terminado en España, en Argentina. Ese intercambio ha sido tremendamente valioso. Hay la posibilidad en base a eso que se me pueda publicar en España, estando yo en mi casa rascándome la panza. Creo que tiene que cultivarse.

En el final lo que importa es la convivencia con los otros autores, y eso estuvo muy rico.

¿Y participo Bolivia en revistas internacionales en algún momento? ¿Las tuvo acá?

Hay una revista llamada SudameryK, de España, Bolivia, Argentina, y Brasil, ahí hay una obra de un brasileño que es extraordinario: simple, pero hermoso, y académico en sí. En una SudameryK salió una historia mía…

En Bolivia, la Crash como proyecto empezó muy lindo, iba a ser historieta nacional, pero después se volvió una historieta internacional, y de un corte bien experimental. Demasiado experimental. Ya casi poesía ilustrada. Yo como lector, no estaría interesado en comprarlo. Tanto así que ya no hay. Tampoco tenía mucho apoyo, por ese lado. Era la historieta jailona, la historieta fresa, digamos, y si se vendía, vendía en las librerías del centro, era muy rara esa revista. Yo participe en tres ocasiones en la Crash.