La experiencia venezolana no podía quedar así nomás.
Queda imbuida de arepas, de allacas, de olores y sabores, incluyendo uno que otro taco de ojo me eche por ahí.
Tuve la suerte de conocer a grandes maestros de la caricatura y la historieta, incluyendo a Sancho, caricaturista con 84 años encima, y casi 70 años de producción. Si México tiene a Ríus, Venezuela sin duda tiene un tesoro nacional en el maestro Sancho, quien pese a su avanzada edad todavía da cursos de caricatura de historieta y de pintura en Sancho Estudios.
Carlos Galindo "Sancho", caricaturista con 7 decadas de experiencia. |
Platicamos (lo poquito que se puede en tres horas), hablando un poco sobre todo, incluyendo la diferencia entre dibujantes que buscan la vida bohemia y otros que se aplican al dibujo por necesidad. Esto sin duda esboza un fenómeno que se está empezando a vislumbrar, de una corriente autodidacta con fuertes referentes a sus orígenes en la clase trabajadora, y con un enfoque netamente popular, que pese a la adversidad resaltan por su producción y talento; a otra corriente de formación académica: sea está de pintor, arquitecto o periodista, que se vuelcan a la postre a la caricatura, el humor o la historieta. No es que uno ni el otro sea mejor o peor, simplemente las ofrezco como dos orígenes que ayudan a mejor comprender la trayectoria de un dibujante, y los referentes que este tiene.
Quizás otro fenómeno particularmente notable en Venezuela es la existencia de dibujantes que además son escultores de gran talento. Emilio Agra, humorista oriundo de Maracay, ha realizado diversas obras monumentales por toda la ciudad. Curiosamente sus trabajos humorísticos también se ven permeados de elementos de construcción, sean estas tuercas materiales o demás indicios de que mucho de lo que dibuja también podría ser una obra en pie. El otro dibujante que también da pistas una semejante inclinación es Jorge Blanco, autor de El Náufrago, quien reside en EEUU hace ya algunos años.
La ciudad de Maracay se perfila como un importante centro de producción cultural, con la editorial Étnica Studios dirigida por Edixon Rodríguez, Emilio Agra como humorista, y la presencia de los Hermanos Vivanco, exiliados Chilenos de la legendaria revista La Chiva y La Firme.
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Tan lejos del Perú tuve la suerte de conocer a Manuel Loayza, primer presidente del Club Nazca de la historieta y caricatura, quien hace ya algunos años reside en Venezuela sumando a la producción local su humor, su caricatura y su animación. O su supervivencia es una buena señal de la cualidad casi universal del humor latinoamericano, o también muestra que como organismo, el humorista es un bicho sumamente adaptable.
Durante mi breve estadía en Caracas solo me dio el tiempo para realizar una docena de entrevistas que iré publicando según me de el cuero y el tiempo en Historietologo. Claro está que faltaron muchas por hacer. Así que ni modo, un día tendré que volver…
Agradezco de corazón por su apoyo en mi investigación a Carolina Rodríguez, editora de Comics Mitos Urbanos, La Biblioteca Ayacucho, a Dionis de Libros Viejos en la Biblioteca Central, al periodista y fotógrafo Esso Álvarez, y al historiador del humor gráfico en Venezuela, Ildemaro Torres.
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