lunes, 19 de noviembre de 2012

Entrevista: Sendra


¿Quién es? Autor argentino de humor, comenzó en el diario La Razón con una tira llamada Prudencio, pero actualmente es más conocido por Yo, Matias, que se publica hace ya más de una década en El Clarin. Además realiza cartones humorísticos para el mismo medio. Para algunos, su humor resulta particularmente literario…

Entrevista realizada Noviembre, 2012.


Tus cartones humorísticos priorizan la anécdota relatada sobre la imagen, ¿Cómo ves que influencia el humor escrito y/o la literatura al humor argentino dibujado?
En mi caso particular la literatura fue una marca de nacimiento ya que mi madre es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras, o sea que la impronta de lo literario se dio con la naturalidad de la crianza materna y lo que pueda haber de genético en esto.  

En tu percepción, ¿Qué papel juega la contradicción en la creación humorística? ¿Existen dualidades que te atraen particularmente para la exploración humorística?
A mi forma de ver la búsqueda de la contradicción es el deber del humorista. Buscar, encontrar y realzar las contradicciones nos permite criticar y autocriticarnos desde la evidencia de lo innegable. Hay una famosa frase que me gusta repetir: "El año pasado era pedante. Este año soy perfecto". Quien quiera escucharla que la escuche.
   
En cuanto a las dualidades, el tema de la pareja me atrae particularmente. Es la unidad dual por excelencia. En este asunto, lo que se ve y escucha es de una maravillosa y lógica sinrazón.

¿Qué rol juega el psicoanálisis en el humor Argentino? ¿Tenés alguna teoría del por qué?
Creo que el psicoanálisis está presente en cada acto de muchos argentinos que ya no sabemos si un auto es: A) un símbolo de poder, B) una metáfora de nuestros masculinos genitales, C) un instrumento para conseguir mujeres o D) simplemente un auto, lo que es muy poco probable. Si fuera el caso "A" deberíamos concluir que manejamos tan mal los autos como el poder, ya que es frecuente observar cómo tanto el poder como los autos se salen de su correcto carril a cada momento, se pasan los semáforos en rojo y se llevan por delante a los pobres de a pie. El caso "B" también es muy posible ya que nuestro auto se empeña en demostrarnos que no todo es cuestión de tamaño, sino también de saber estacionarlo con en el sitio adecuado, con naturalidad y sin andar haciendo alharaca de "¡Hoy estacioné!... ¡Hoy estacioné!...". Para el caso "C" debo decir que las mujeres, en mi modesta experiencia, se subían con mayor frecuencia cuando el auto era de mi padre y la juventud mía, lo que lleva implícito un Edipo no resuelto en aquellos años y unas expectativas no cumplidas en estos años El caso "D", lo vamos a descartar porque las probabilidades de que un auto sea un auto son bajísimas y no merecen ser atendidas.  

Como decía, veo toda nuestra cultura impregnada de psicologismo y el humor no hace más que reflejarlo. Creo que este psicologismo tiene que ver con una concepción adolescente de los problemas donde siempre es bueno echarle la culpa a otro y aquí encontramos que el "otro" puede ser el "inconsciente" que hace lo que nosotros queremos pero sin que nosotros queramos. O sea, nosotros somos buenos, pero la culpa la tiene el nosotritos que llevamos adentro.

Por la viñeta se ríe, por la tira se les recuerda. Matías es tu personaje más conocido. ¿Sientes que ha ido creciendo a la par que tus hijos? ¿Cómo es tu proceso de trabajo alrededor de este personaje y su tira?
En realidad cuando empecé con el personaje, era absolutamente lógico y hasta necesario para mí, el hecho de contar historias infantiles, ya que en ese momento yo trabajaba (como lo hago aún) en mi casa, rodeado de mis cuatro hijos que en ese tiempo tenían 9, 6,3, y un año y medio. Para colmo, mi esposa trabajaba fuera de casa y mis elementos de trabajo (papel, colores, pinceles y crayones) son absolutamente deseados por los chicos, así que se pasaban el día en mi escritorio; lo que además me hacía muy feliz. Muy. De mi relación de padre nacen no sólo el personaje de Matías, sino la madre que es el adulto, que está aprendiendo a ser adulto frente a un hijo que le constantemente le responde con la lógica elemental y natural, y que le cuestiona en base a eso.

¿Por qué elegiste a tu personaje la cucaracha? Es un bicho que muchos temen y o desprecian y ahí lograste convertirlo en un cronista entrañable…
El personaje de la cucaracha surgió porque es un ser repugnante que despierta emociones inquietantes, pero no indiferencia. A partir de esas sensaciones es que por oposición, asociación, exageración o algún otro "...ción"  es que se crea un terreno apto para los sobreentendidos y las sorpresas. No tengo que dejar de mencionar que es facilísimo dibujarla y alguna vez que estuve desesperado de tiempo recurrí a ella como tabla de salva..."ción".

¿Cómo surgió “El Ombligo Observador”? ¿Es un incentivo al periodismo infantil?
En cuanto a "El Ombligo Observador", tengo que decir que todo fue fruto de un accidente afortunado. Un día me compré un cuaderno nuevo y quise empezarlo a escribir (a los 48 años) con mi mano izquierda que era la mano con la que me prohibían escribir en la escuela. Por eso me salió una letra espantosa y, para estar acorde con la letra empecé a escribir una historia infantil pero sin pensar que debía ser de Matías. Al día siguiente escribí otra y fue tal el entusiasmo que me propuse escribir una por día. A los pocos días descubrí que eso lo podía estar haciendo Matías y seguí con la lógica del personaje.

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