¿Quién
es? Autor argentino de humor, comenzó en el diario La Razón con una tira llamada Prudencio, pero actualmente es más
conocido por Yo, Matias, que se publica hace ya más de una década en El Clarin. Además realiza cartones humorísticos
para el mismo medio. Para algunos, su humor resulta particularmente literario…
Página(s)
Web: Los
chistes de la contratapa del Clarin, Sendra en Todo Historietas
Entrevista
realizada Noviembre, 2012.
Tus cartones humorísticos priorizan la anécdota relatada sobre la
imagen, ¿Cómo ves que influencia el humor escrito y/o la literatura al humor
argentino dibujado?
En mi caso particular la literatura fue una
marca de nacimiento ya que mi madre es egresada de la Facultad de Filosofía y
Letras, o sea que la impronta de lo literario se dio con la naturalidad de
la crianza materna y lo que pueda haber de genético en esto.
En tu percepción, ¿Qué papel juega la contradicción en la creación
humorística? ¿Existen dualidades que te atraen particularmente para la
exploración humorística?
A mi forma de ver la búsqueda de la
contradicción es el deber del humorista. Buscar, encontrar y realzar las
contradicciones nos permite criticar y autocriticarnos desde la evidencia de lo
innegable. Hay una famosa frase que me gusta repetir: "El año pasado era pedante.
Este año soy perfecto". Quien quiera escucharla que la escuche.
En cuanto a las dualidades, el tema de la
pareja me atrae particularmente. Es la unidad dual por excelencia. En este
asunto, lo que se ve y escucha es de una maravillosa y lógica sinrazón.
¿Qué rol juega el psicoanálisis en el humor Argentino? ¿Tenés alguna
teoría del por qué?
Creo que el psicoanálisis está presente en
cada acto de muchos argentinos que ya no sabemos si un auto es: A) un símbolo
de poder, B) una metáfora de nuestros masculinos genitales, C) un instrumento
para conseguir mujeres o D) simplemente un auto, lo que es muy poco
probable. Si fuera el caso "A" deberíamos concluir que
manejamos tan mal los autos como el poder, ya que es frecuente observar cómo
tanto el poder como los autos se salen de su correcto carril a cada momento, se
pasan los semáforos en rojo y se llevan por delante a los pobres de a pie. El
caso "B" también es muy posible ya que nuestro auto se empeña en
demostrarnos que no todo es cuestión de tamaño, sino también de saber
estacionarlo con en el sitio adecuado, con naturalidad y sin andar
haciendo alharaca de "¡Hoy estacioné!... ¡Hoy estacioné!...". Para el
caso "C" debo decir que las mujeres, en mi modesta experiencia, se
subían con mayor frecuencia cuando el auto era de mi padre y la juventud mía,
lo que lleva implícito un Edipo no resuelto en aquellos años y unas
expectativas no cumplidas en estos años El caso "D", lo vamos a
descartar porque las probabilidades de que un auto sea un auto son bajísimas y
no merecen ser atendidas.
Como decía, veo toda nuestra cultura
impregnada de psicologismo y el humor no hace más que reflejarlo. Creo que este
psicologismo tiene que ver con una concepción adolescente de los problemas
donde siempre es bueno echarle la culpa a otro y aquí encontramos que el
"otro" puede ser el "inconsciente" que hace lo que nosotros
queremos pero sin que nosotros queramos. O sea, nosotros somos buenos, pero la
culpa la tiene el nosotritos que llevamos adentro.
Por la viñeta se ríe, por
la tira se les recuerda. Matías es tu personaje más conocido. ¿Sientes que ha
ido creciendo a la par que tus hijos? ¿Cómo es tu proceso de trabajo alrededor
de este personaje y su tira?
En realidad cuando
empecé con el personaje, era absolutamente lógico y hasta necesario para mí, el
hecho de contar historias infantiles, ya que en ese momento yo trabajaba (como
lo hago aún) en mi casa, rodeado de mis cuatro hijos que en ese tiempo tenían 9,
6,3, y un año y medio. Para colmo, mi esposa trabajaba fuera de casa y mis
elementos de trabajo (papel, colores, pinceles y crayones) son
absolutamente deseados por los chicos, así que se pasaban el día en mi
escritorio; lo que además me hacía muy feliz. Muy. De mi relación de padre
nacen no sólo el personaje de Matías, sino la madre que es el adulto,
que está aprendiendo a ser adulto frente a un hijo que le constantemente le
responde con la lógica elemental y natural, y que le cuestiona en
base a eso.
¿Por qué elegiste a tu
personaje la cucaracha? Es un bicho que muchos temen y o desprecian y ahí
lograste convertirlo en un cronista entrañable…
El personaje de la
cucaracha surgió porque es un ser repugnante que despierta emociones
inquietantes, pero no indiferencia. A partir de esas sensaciones es que por
oposición, asociación, exageración o algún otro
"...ción" es que se crea un terreno apto para los
sobreentendidos y las sorpresas. No tengo que dejar de mencionar que es
facilísimo dibujarla y alguna vez que estuve desesperado de tiempo recurrí a
ella como tabla de salva..."ción".
¿Cómo surgió “El Ombligo
Observador”? ¿Es un incentivo al periodismo infantil?
En cuanto a
"El Ombligo Observador", tengo que decir que todo fue fruto de un
accidente afortunado. Un día me compré un cuaderno nuevo y quise empezarlo a
escribir (a los 48 años) con mi mano izquierda que era la mano con la que me
prohibían escribir en la escuela. Por eso me salió una letra espantosa y, para
estar acorde con la letra empecé a escribir una historia infantil pero sin
pensar que debía ser de Matías. Al día siguiente escribí otra y fue tal el
entusiasmo que me propuse escribir una por día. A los pocos días descubrí que
eso lo podía estar haciendo Matías y seguí con la lógica del personaje.
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