lunes, 9 de julio de 2012

Narrativa Indigena: Mates Burilados III

Mi visita reciente a Cochas Grande y Cochas Chico ha resultado sumamente bienaventurada, habiéndome encontrado nuevas historias de los mates burilados y profundizado más en mi investigación sobre los antecedentes de esta tradición. Una parte de este trabajo espero presentarlo en video en Buenos Aires, para Viñetas Serias 2012 en septiembre de este año. 

Escuchando cuentos con Leoncio Veli.
Quizás uno de los descubrimientos más interesantes para mí ha sido la existencia de la revista MINKA, publicada por el grupo Talpuy entre 1980-1994, que daba consejos agrícolas a los campesinos de Huancayo y alrededores y que también tenía un altísimo nivel gráfico, que sin duda influyo en más de un burilador de mates. (Quizás la única publicación que se la acerca en mi memoria seria Mexican Folkways, donde publicaban dibujos del campesinado mexicano de Diego Rivera en los 30s). Varios artesanos me han confirmado que eran seguidores acérrimos de los cuentos que venían en la MINKA, cuyo nombre en quechua significa trabajo colectivo.
Portada de Emilio Mantari Mallqui.

Con la ayuda invaluable del amigo Gianfranco de Huancayo, he podido reunirme con varios de los artistas que participaron en esta publicación, incluyendo su portadista Emilio Mantari Mallqui y el pintor Josué Sánchez. Mallqui, egresado de Bellas Artes, trabajo un tiempo los mates burilados y la platería para después dedicarse de lleno a la ilustración y la pintura. Sus ilustraciones muestran a un campesino Wanka orgulloso, alegre, heredero de una tradición agricultora milenaria. Quizás uno de los grandes aportes en general de la revista era apreciar y destacar el conocimiento local de los campesinos andinos, para que recuperasen su soberanía alimenticia, el uso de conocimiento local sobre pesticidas importadas, y vivieran cada vez mejor. Curiosamente esta publicación también llego hasta México, ya que en las cartas de lectores aparece el CELAC de Michoacán.


Del maestro Josué Sánchez me impacto particularmente su apreciación de la necesidad de entender la cadencia andina, ligada a la producción agrícola y a la vida en la sierra, que a su vez condiciona la producción de mates de calidad, y en su caso particular, de sus pinturas. En base a su recomendación visitamos al convento de Ocopa, una antigua misión franciscana donde el realizo un mural de 400m cuadrados. En él se narran los primeros esfuerzos de convertir a los indígenas de la selva, así como las prácticas tradicionales de estos. El color y la alegría de los personajes representados contrastan fuertemente con la oscuridad y la sangre que caracteriza la iconografía del resto de la misión. Sera por la importancia de la digestión que semejante mural está en el comedor digo yo. 
Un detalle del Mural de Ocopa, por Josué Sánchez.

Para conocer mejor el entorno que los buriladores plasman en su trabajo, subimos al Huaytapallana, donde llamas, alpacas y pedidos al cerro complementan la belleza natural del lugar.

3 comentarios:

  1. Una gran foto la que te sacaste frente al imponente nevado del Huaytapallana. Me dio mucho gusto conocerlos, suerte en lo que queda del viaje. Un abrazo Juan y espero podamos encontrarnos una vez mas.

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    1. Gracias x el apoyo a ambos. Increiblemente pude conocer en mi ultimo dia en Cochas a la Dra. Maruja Salas, autora del mejor libro sobre mates burilados que conozco. No hubiese sido posible sin apoyo de amigos queridos.

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