Un amigo Paulistano me veía con preocupación cuando le comentaba que iría a pasar un par de días en Rio de Janeiro, en casa de un dibujante Carioca. "Lleva mejor este número de hotel, que a un Carioca no lo confió ni con mi café!". Rio, ciudad bohemia por excelencia, fue la antigua capital política y financiera del país y aún alimenta el imaginario mundial en cuanto a un Brasil llena de Samba, fútbol y mujeres preciosas. Se habla tambíen de un Humor Carioca, consolidado por el legendario periodico humorístico O Pasquim en los años 70s, con el trabajo de Millôr, Jaguar, Ziraldo, Ivan Lessa, etc.
Sín embargo, hoy en día São Paulo concentra fuertemente el capital de este país, cuenta con un sín fin de apoyos culturales, concentra las editoriales más importantes y presenta un nuevo Brasil cosmopolita, metropolitano, compuesto de immigrantes de todas las regiones de su vasto territorio, definiendo a grandes rasgos que es lo que se entiende por cultura Brasileña.
En la frontera con Uruguay y Argentina se encuentra Porto Alegre, capital de Rio Grande del Sur que vine a conocer precisamente por su relación cercana con sus vecinos hispanos, donde se festeja la cultura gaucha y también existe una larga tradición humorística e historietistica, quizás con mayores puntos de encuentro con Montevideo y Buenos Aires que con las urbes Paulistanas y Cariocas. Posiblemente el momento de mayor intercambio cultural entre Brasil y Argentina en las décadas recientes fue gestado durante el prímer gobierno del PT de un estado, aquí en Rio Grande do Sul, donde eligieron a Buenos Aires como ciudad hermana, e invitaron artistas (incluyendo historietistas entre ellos) a visitar la capital Porto Alegrense. El resultado de este intercambio, además de la participación de varios brasileiros en Lapíz Japonés editado en la Argentina,fue la publicación Ojo Mágico, que incluía trabajos de Sergio Langer, Dario Adanti, Fabio Zimbres, Edgar Vasques y varios más.
Con Edgar Vasques, creador de Rango y el humorista Bier. |
Edgar Vasques, caricaturista y creador del peronaje famélico y de gran reflexión filosofoca que es Rango, me comentaba lo siguiente sobre la región:
Esto fue una zona de guerra, desde que entró el colonizador aquí. Fue uno de los últimos lugares de Brasil donde llegaron los portugueses y los blancos, porque con la tecnología de la época era un lugar virtualmente inaccesible. El estado de Río Grande del Sur en la parte norte tiene un paredón de piedra. El estado va subiendo rumbo al norte y cuando llegan el extremo norte tiene un peñasco que hace frontera con el estado de Santa Catarina. Para pasar sólo tienes un estrecho pedazo del litoral, dónde queda la playa de Torres. Torres se llama así por la forma que asumen los peñascos llegando al mar. Si tú venías a caballo no tenías forma de entrar, con la excepción de aquella playa. En el invierno las condiciones climáticas son terribles: viento, lluvia, frío. Entonces vamos por el mar. Río Grande del Sur tiene la mayor playa del mundo, casí ininterrumpida desde Santa Catarina hasta Uruguay. Es la mayor y la peor playa del mundo. Los navios que venían por ahí, encallaban a causa de los ventarrones. Hay un viento que llamaban el viento carpintero, porque desbarataba los navíos. Nadie conseguía llegar.
Del Sur para acá tienes el río Uruguay, que es un río también difícil de atravesar.
Aquí sólo había indios y una que otra cabeza de ganado salvaje. El ganado se quedó solito aquí y se multiplicó. Existe una ciudad llamada Vaquerías porque era todo lo que había aquí. Ahí comenzaron a llegar colonos para capturar ese ganado. Les quitaban el cuero, hacian charque y lo vendían. La carne del ganado aprendieron a secarla al sol y lo vendían al centro de Brasil como alimento de esclavo: eso es el charque. Pero había muy poca gente, sólo los aventureros llegaban aquí. Brasil empezó a ser colonizada en 1500, Río Grande del Sur empezó a ser colonizada 1700, casí 200 años después. Además de ser una región atrasada en comparación al resto del país, en cuanto desenvolvimiento económico y tal, también era una región disputada, entro los españoles por abajo y los portugueses por arriba, con los Indios en el medio. Aquí también estaban las misiones jesuitas, donde los frailes organizaron a los indígenas y crearon aquellas misiones utópicas, comunales, donde dividían el trabajo, trabajando hombro con hombro juntos y beneficiándose de los frutos de aquel trabajo, hasta que las coronas unidas portuguesas e españolas decidieron acabar con eso. Masacraron a los indígenas guaraníes en una batalla de Caboite (7 de febrero, 1776). Fue totalmente desigual.
(Sobresale la figura de Sepé Tiaraju que después se convirtió en santo. Era un líder guaraní que murió en esa guerra y quien fue santificado por la creencia popular como San Sepé. Hoy hay ciudades con ese nombre.)
Desde el comienzo esto era una zona de guerra. Guerra, guerra, guerra. Guerra contra los españoles, guerra contra los indios. Los españoles invadían, y después los portugueses los expulsaban. Poquito a poquito irían acabando las guerras. Brasil se independizó de Portugal, y Río Grande del Sur continuaba en guerra: guerras civiles, guerras internas. La última revuelta sangrienta que hubo aquí entre los gauchos fue entre dos partidos, los Maragatos y los Chimangos, en 1923. No van ni 100 años que paramos de guerrear aquí, de degollarnos entre nosotros. Existía la "corbata colorada", donde degollaban a uno y le empujaban la lengua para fuera. Eran tiempos bárbaros. En ese contexto, el papel del arte tiene que ser utilitario. El humor y la palabra escrita eran instrumentos de guerra. Cada partido político tenían su periódico satírico, para atacar a sus enemigos.La misma ciudad tenía el periódico de los Chimangos y los Maragatos, cada uno burlándose del otro. Es decir, el humor es la continuación de la guerra por otros medios.
La imprenta, todo va y fue instrumento de esas broncas, hasta el siglo pasado. Esa vena crítica y combativa del humor Gaucho tiene su origen ahí.
-----------
En la semana que sigue, la entrevista completa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario