lunes, 21 de enero de 2013

La Pachamama te lo pague Jorge Peréz Ruibal!

Bienvenidos!
Quizás habrán notado la nueva presentación de este Blog, donde la ilustración antigua, realizada por mi estimado Andrezzinho de Colombia, autor de la historieta Bastonazos de Ciego (entre otras maravillas) repentinamente cambio…

Pues si, como en la vida, como en este nuevo ciclo maya, todas las cosas cambian, y es por eso que decidí comenzar este año (todavía se puede decir que lo estamos comenzando?) con un dibujo que me regalo mi pana, mi cuate, mi compadre Jorge PérezRuibal, dibujante del underground más oscuro Limeño, que de vez en cuando se rifa con un dibujo que delata una sensibilidad cabrona, que podría hacer al mismo Darth Vader llorar.

La cosa sucedió más o menos así:
Yo comencé mi último peregrinaje por Suramérica a mediados de Junio, con los pantalones bien puestos, dos litros de mezcal y una mochila llena de libros de historieta para regalar. El plan era simple: volar a Lima, visitar a mis cuates, y de ahí proseguir a Huancayo, para continuar con mi investigación sobre los mates burilados. De ahí descendería por Bolivia, llegando puntualmente a Brasil el 12 de Agosto por vía de Mato Grosso, para después comenzar mis clases en el Observatorio de Quadrinhos de la ECA de São Paulo y empezar a entrevistar a los comiqueros brasileiros.
El libro en cuestión: pueden conseguirlo
en la página de la talentosa Inechi.

A los pocos días de estar en Lima, me chingaron el mezcal que traía y los libros de historieta también.

Juan- No mames Jorge, ya te traje un regalo cabrón, ese libro es para difundir la historieta mexicana en Brasil…

Jorge- Pero esta muuuy lindo. Dejámelo, que al fin, nadie se va a enterar.

Juan- Arrrggg….

Jorge- Afloja pe, huevón.

Juan- Órales… pero me mandas un dibujo aunque sea, pál blog. Conste.

_____________________Epílogo:_________________________

Y ahí y librito se quedo. Y en esta semana de reyes, el dibujo de Jorge afortunadamente llego.

Por razones de vendetta historietistica, no revelare para quien el libro estaba destinado. Dígase de paso nomás, que hubiese mudado el rumbo de la historieta de nuestro continente, si el libro hubiese llegado a su destino… chan, chan, CHAAAN!

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