EMILIO AGRA
¿Quién es?
Pintor, escultor, muralista y dibujante de origen español,
naturalizado tempranamente venezolano y figura indeleble de la intelectualidad
de Maracay. Participo en El periodiquito con la sección La Ñapa, en
Últimas Noticias, Correo del Orinoco, La Iguana.TV, Cartoon
Movement, Brazil Cartoon y Toon
Pool.
Ganador del premio Salón Nacional Aragua en 1972 y del
Artista Regional 2012, y el Premio Metropolitano de Periodismo Aníbal Nazoa
2008, y del premio Regional de Artes Visuales de Maracay 2012.
Publicó los libros de humor ...Y no solo de pan... (1981), Haga el humor...no la guerra (1989), La ñapa (1991), Usemos el cerebro por razones de higiene (1996) y Chávez si... Chávez no... (2003).
Página(s)
Web: Emilio Agra BLOG
Emilio Agra en Brasilcartoon,Entrevista con Emilio Agra por Cartoonmovement, sobre si hay o no censura en la Venezuela Chavista.
Se
nos fue demasiado joven, inesperadamente, Emilio Agra, cuyos únicos vicios se
reducían al buen café, un tabaquito y el pensamiento profundo y consecuente.
Para
mi Agra resultaba un dibujante inusual, un Rara
Avis, mismo dentro de la variopinta
fauna del humor latinoamericano. Con monitos llenos de bisagras, a veces
compuestos de madera, roca y otros materiales diversos, se mantenían en pie en
la hoja gracias a los soportes del buen humor. Agra encantaba con un trazo suelto y libre como su pensamiento, sumaba y
subvertía símbolos en su repertorio, además utilizando como nadie el vacío y el
marco de la viñeta para dibujar y desdibujar, retándonos a pensar con la misma
línea de su engañosamente sencillo trazo.
Como
un dios que les sopla la vida a seres de barro forjados en sus manos, Agra supo
darle forma y personalidad a sus creaciones diversas, catapultándolos hacia una
humanidad envidiable, empoderados al vuelo introspectivo con la palabra de su
autor y creador.
Después
iría a descubrir que además de humorista, Emilio era un destacado artista
plástico y escultor, habiendo realizado numerosas obras monumentales dentro de
su ciudad adoptiva de Maracay, Venezuela, incluyendo la impresionante escultura
titulada Homenaje a los Caídos (1996),
en la entrada de la UCV.
Gracias por todo maestro, te extrañaremos…
-Juan navarrete "El Historietólogo"
Entrevista
realizada el 14 marzo, 2012
H:
¿Comenzaste a hacer escultura antes del dibujo?
A: Es al revés. Yo creo que todos los que nos metemos a las artes plásticas
queremos ser pintores. Así también comencé yo. Es más, me intereso enormemente
el muralismo mexicano… por ahí buscando por ese lado, con el estilo mío. Me
impacto. Yo creo que toda Latinoamérica ha estado signado por el muralismo
mexicano. Yo, mucho más que Orozco y Rivera, SIQUEIROS. Me parece el más
moderno, el que más arriesgo plásticamente, técnicamente. Todos queremos ser
pintores. Luego empecé a tocar la escultura como una curiosidad. Pero seguía
queriendo ser pintor.
Yo
realmente no soy muy bueno con el color. Pero la línea es otra cosa. Siempre he
dibujado.
Yo soy de
origen español. Me trajeron muy pequeño, como a los siete años. Cuando estuve
en Europa, fui a Francia (1976-1978), pase por España, y estuve reconociendo la
familia. A mi abuela, y a todos los
demás. Tenía un tío ahí que era herrero. De esos que trabajan con fraguas y
soldaduras. Me aventure e hice mi primera escultura soldada ahí. Un pescador
jalando una red, algo así. Cuando regrese a Venezuela, todavía tenía la
cuestión de que tenía seguía “siendo” pintor, pero ya me estaba atrapando la
cuestión de tres dimensiones: estaba empujando la tela desde atrás… yo creo que
estaba un poco supliendo mi deficiencia de conocimiento del color. Cuando
regreso, comienzo a hacer escultura con hierro. No había hecho escultura por
aquello del modelado: hacer un molde y todo lo demás, me parecía una enormidad
de tiempo. Modelas, sacas el molde… ¡y te cuesta una fortuna hacer un vaciado
en bronce! Yo quería hacer vaciado de cemento. Ahora lo hacen con fibra de
vidrio, que no me gusta… prefiero el cemento todavía. Entonces, ¡empecé a
trabajar en escultura soldada! Y, empecé a adquirir un leguaje…
En el 1978 publique mis primeros dibujos de
humor. Salieron en
un periódico de aquí de Maracay, que creo ya ha desaparecido. Todos los que
comenzaron a publicar aquí en Maracay comenzaron en ese periódico. Creo que
todavía sobrevive ahí, publicando dos o tres ejemplares… El Imparcial. En aquel momento no había sino ese. Luego apareció El Aragueño,
luego apareció El Siglo, y luego
apareció El Periódico, que lo llaman
“periodiquito”.
H: ¿Cómo te
aproximaste al periódico?
A: El único
que ha hecho una caricatura diaria en Maracay he sido yo. Aquí no hay esa
costumbre de tener un caricaturista y de hacer una gracia, porque además no
quieren pagar, no creen que vende periódicos. Si lo haces de a gratis, ¡pues
bien! De gratis hicimos muchos muchas cosas. Pero lo primero publicado por pago
fue una página armada por un profesor de artes plásticas titulada El Bagre, en clara alusión a Gómez [Juan
Vicente Gómez Chacón].
Tú sabes que Venezuela y Maracay en particular
esta signado por el fantasma de Gómez. Gómez tuvo una dictadura de 1908-1936.
Le decían “El Bagre” por los bigotes. Era andino, pero radico en Maracay.
Mandaba desde aquí, aunque la capital estuviera en Caracas. Maracay ha venido a
ser también un poco el ombligo del país, una suerte de encrucijada por la misma
construcción geográfica. Ahora hay una nueva encrucijada antes de llegar a
Maracay, llamado simplemente “La Encrucijada”, donde llegan las carreteras del
llano, de oriente, del sur, y de occidente. Maracay ha sido una ciudad de
aluvión. Nacidos en Maracay eran pocos. Fue siempre una tierra de paso: de los
que venían de muy lejos para quedarse en Caracas, y en Maracay encontraban un
alto. Así ha crecido esta ciudad.
H: ¿Crees
que hay un humor particularmente Venezolano?
E: Hay una
picaresca local. Pero tanto como decir “un humor Venezolano”… yo creo que no.
No como podríamos decir del mexicano, no como podríamos decir de Posada o de Naranjo, con elementos mexicanos ahí, no solamente por lo que se
dibuja, sino también por las ideas que se expresan… en Venezuela no hay un
humor venezolano. Lo hay en la picaresca, en los chistes locales, más en la
comicidad por ciertas expresiones. Escrito todavía hay algo, pero de humor
gráfico no. Además, Venezuela tiene la
desventaja de ser el norte de América del Sur, es un trampolín, terreno de
paso. Venezuela era parte de La Gran Colombia. Era Bogotá la que mandaba.
Venezuela después tuvo la maldición de haber encontrado petróleo. ¡Todavía
peor! La identidad que adopto fue la que nos impusieron las empresas
petroleras. Yo creo que nosotros nos hemos desnacionalizado mucho en ese
sentido. En el humor, sobre todo en el humor gráfico, no hay una cosa que
puedas identificar como venezolano. Somos pretenciosamente universales, pero
eso yo creo que es un mal común ahorita.
H: Llama la
atención la politización de la sociedad civil venezolana. En México mucha gente
ha perdido la fe en la participación política después de varios fraudes, pero
se nota aquí que independientemente de que lado del espectro político estén, la
gente tiene una militancia fuerte…
¿Tú crees que el humor se puede poner al
servicio de una ideología? O, ¿pierde algo el humor al ser más propagandístico?
A: Si de algo estoy seguro, es de mis dudas.
Yo no creo que la sociedad venezolana este politizada. Esta polarizada. ¡Ojo! Si estuviera
politizada seria importantísimo. Yo entiendo politizado cuando sigues una
ideología, sin importar en qué lado estés, aquí lo que hay es una polarización.
Es bueno y es malo. Yo he tenido toda esa piquiña toda la vida. Recuerdo que 20
años atrás o 15 años atrás, donde podía criticar a estos o aquellos y no tenía
problema, todo mundo me entendía. Ahora, si yo estoy AQUÍ, no puedo criticar
AHÍ, sino soy “traidor”.
Yo creo que
lo que puede ser panfletario es el autor. El artista o el humorista gráfico,
teniendo calidad suficiente pasa por encima del panfleto, de la calidad
propagandística. Pero es imposible escapar a la situación política. A mí me han
tirado golpes de los dos lados. Ahora como andábamos hablando de Fidel y de
Chávez, hay cierto sector también del socialismo o del chavismo, que prohíbe
criticar a los “iconos de la revolución”. Yo hice por ahí una caricatura que se
llamaba “una ayudita a la revolución”. Chávez tiene una frase que dice “Ser
rico es malo”. Entonces yo hice ese cartón que se llama “una ayudita a la
revolución: ser rico es malo, ser pobre es peor”. ¡Hay cosas que no me gustan,
y yo tengo que decirlas!
Es muy difícil hacer caricatura equilibrada. El caricaturista no es periodista.
Si fuera un periodista tendría que tener un código de ética: de ser así, investigar a este y sacar noticias de esto y
de esto. Tengo que ser equilibrado cuando se produzcan las noticias. La
caricatura no. ¡La caricatura es opinión! Es tu opinión personal, como un artículo. ¿De
qué depende de que no sea panfleto, de que no sea chavista en exceso, o
ADECA, o de derecha? Es por el autor y de la calidad que le aplique. Siempre
hay un riesgo, porque la línea entre el panfleto y una buena caricatura de
humor política es muy sutil. Por eso yo te digo: yo sigo con todas mis dudas.
Y a veces
me cuesta. Pienso que yo no puedo ser tan
Chavista, pero a veces me digo, bueno, yo no soy periodista ¡lo que tengo
que ser es plástico! Mantener una calidad plástica, política… creo que ahí
estriba todo. Pero, la polarización te lleva a tener todas esas dudas. Si
críticas a la MUD (Mesa de Unidad Democrática) eres Chavista. Si críticas a
Chávez, eres ADECO, ¡estás del lado de los ricos! Esos dos extremos hacen la
polarización. Si hubiera más politización, no habría tanta polarización. Al
estar ideológicamente claro, estas por encima de esas pequeñeces, tú sabes cómo
se juega. ¡Hace falta más politización, más ideología, que es lo que no hay!
H: ¿Cómo es
tu proceso de trabajo?
A: A veces
hago boceto, pero no es lo más frecuente. Lo dibujo en lápiz sí, porque soy muy
inseguro. Borro mucho. El proceso tiene que ver primero con estar frente a la
hoja en blanco y el saber que mañana tiene que salir. Eso tiene que salir
mañana, y no importa que a ti te de arritmia o taquicardia o que hayas o no
comido, a las 12 tiene que estar allá en el correo del periódico.
Cuando
comencé haciendo caricatura no tenía internet ni computadora, y yo bajaba a
llevar mi caricatura todos los días. La hacia aquí y bajaba con mi camioneta, a
las cuatro o cinco de la tarde. Por la confianza que yo tenía en el periódico,
ni siquiera se la mostraba al director sino que pasaba directo para
diagramación. En ese periódico del Imparcial
inclusive estuve de Co-director. Hubo un momento en que eliminaron al
director y nombraron una especie de consejo directivo. Porque el que estaba de
director parece que se prestaba a manejos, recibía dinero, en fin. Entonces el
dueño del periódico decidió que iba
nombrar tres personas de “su
entera confianza” no porque fueran muy amigos, sino porque confiaba que fueran
honestos, y yo era uno de ellos. A mí me tocaba parte del horario, de cuatro de
la tarde a diez de la noche, y yo me quedaba para ayudarle al diagramador. Por
esa confianza llego un momento en que no tenía ni siquiera que mostrarle mi
caricatura al director, sino que pasaba directo a diagramación. Nunca tuve
problemas. Lo más fue que me llamaran al día siguiente para pedirme alguna
explicación, pero nunca me censuraron nada.
Yo tenía
ese background, pero tenías que leer
las noticias, que estar al día: condición sine
qua non. En aquel momento leía el periódico en donde yo mismo estaba, y
después lees los otros también y los internacionales. La caricatura no tiene
que ser lo que sucedió ayer, sino también lo que todavía está en el ambiente.
Cuando
comienzo en Ultimas Noticias, ya
tengo internet (aparte que odio los faxes, porque tienen una resolución muy
mala. Nunca use ni tuve Fax.) Con el internet tienes la ventaja que escaneas y
mandas esa huevada.
El proceso
sigue siendo el mismo: yo me paro los lunes para hacer la del martes. Los
miércoles para hacer la del jueves. Los jueves para hacer la del viernes, y el
viernes hago la del domingo, porque tiene que estar el mismo viernes por la
tarde allá.
A las
8:30-9:00 de la mañana, o a veces un poquito más tarde que me paro, por mi
condición de trasnochador, abro la computadora y leo por internet esa broma de
kiosko.net, donde puedes leer todos los periódicos del mundo. Leo El Pais, y los titulares de varios muy
por encima, si no no me daría tiempo. Los de Venezuela: abro El Nacional, El Universal, Ciudad Caracas y
El Ultimas Noticias. Termino con ese
porque ese es el lector que me va a ver a mí. Lo que ha leído lo ha leído en Ultimas Noticias.
Lo más jodido es decidir SOBRE QUE. Con quien
te vas a meter o sobre que va el asunto. Luego tú la vuelta se la puedes dar,
un retruque de palabras… Normalmente el trabajo es así, siempre encuentra uno
una manera. La otra modalidad es que de repente leyendo una cosa por ahí se me
ocurrió una imagen, o un texto, y voy anotando. Escuchando las noticias, anoto
ahí, y trato de tenerlo más o menos ordenado para que me sirva en algún
momento. Tengo algunas ideas incluso que son más atemporales, que en alguna
emergencia las puede meter. Ya uno sabe que la caricatura no tiene por qué ser
sobre el tema del día. Tampoco es que esté hablando sobre los huecos en marte,
o de cosas así, pero si la caricatura de un periódico, “el cartón editorial”
refleja al periódico, a los acontecimientos que están en el ambiente, las
consecuencias que tuvieron… va sobre eso.
Hay otro
humor, más profundo o que se yo, que puedes usarlo en cualquier momento, pero
no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo. A menos que hagas como le
hice este domingo, que a una cara le puse un texto arriba y la use, porque no
tenía chance de hacer una caricatura porque tenía enredado el sábado, pero con
el texto la contextualizo a lo que está en el ambiente. Ese es más o menos el
mecanismo.
Tomo café,
fumo, a las doce, más tardar doce y media, la caricatura tiene que estar ahí.
Ya después
tengo todo el día (supuestamente) para otras cosas. O me meto en la cuestión de
la escultura, o hago un dibujo para la página esta de cartoonmovement. Como ahí no me piden frecuencia, sino cuando yo
quiera, trato enviar por lo menos una por semana. La misma caricatura la meto
en brasilcartoon, y también tengo un blog dentro de la página en
cartoonmovement. Ahora como estoy con en el fin de año, tengo una exposición de
escultura en el museo. Entonces estoy con eso…
H: Te
quería preguntar sobre la búsqueda de la Síntesis. La caricatura de un rostro,
con mucho detalle, cejas, barba, abigarramiento, etc., podrá seguir siendo una
aproximación. Pero tú optas menos por caricatura en sí, y más por personajes de
todos los días, personajes simples.
A: Yo vengo
de la pintura y la escultura, y no me he podido quitar ese prejuicio. No me
gustan los personajes con la nariz como si fuese un rábano, no sé por qué. Mis
figuras son bastante proporcionadas. La otra cosa es que yo soy muy malo
haciendo rostros, por lo cual nunca he hecho caricaturas de personajes ni nada
de eso, no me atrapa esa parte. Sería diferente si quisiera, porque al querer
yo creo que uno le va encontrando la vuelta, pero nunca me ha atrapado. He
hecho algunas síntesis, con Chávez por ejemplo, con la línea de la cara, los
labios gruesos y la verruga aquí, ya está, todo mundo sabe que es Chávez. Pero
no lo uso tampoco.
Prefiero al individuo común, la situación del
tipo común, el tipo anónimo. A veces si me extralimito en detalles, que quizás
no hacen falta, pero me gusta más el anónimo, me parece que va más con lo que
quiero decir.
H: En tu
trabajo planteas muchos hombres objeto, mujeres objeto. No sé si esta
simplemente ligado a lo que trabajas de escultura, pero en el dibujo llama la
atención que usas una mujer que tiene solo brazos y cabeza y su parte inferior
del cuerpo es estantería o un maniquí…
A: La
figura del maniquí siempre me atrajo mucho. Es una de esas figuras retoricas
que uno siempre usa, de esas escusas. Al final, todo lo que uno usa lo usa al
final como excusa para decir otras cosas ¿no? El maniquí a mí me atrae, como
objeto, no sé por qué. Mi mama fue costurera muy poco tiempo y no usaba
maniquí. Le traían las cosas a la casa, ella tenía su máquina de coser, y luego
recogían el trabajo. ¡Era chorizo! Pero el maniquí siempre me atrajo…
Creo que de
los surrealistas hay un poco eso… Uno como buen ladrón que debe ser, toma lo
que es necesario. No tengo ningún prurito. No digo que voy a plagiar nada, pero
los elementos que me interesan, de aquí, allí y de allí, incluso
estilísticamente contradictorios, si me interesan, si me parece que cocinan
bien—porque esto es como una receta, tú
le añades a ver qué es lo que le da más sabor— lo del maniquí siempre me
gustó mucho y creo explicármelo un poco por los surrealistas porque es bastante
onírico.
H: En tu
trabajo aparece mucho la figura del laberinto. ¿Cuál es tu interés con esa
figura, la del laberinto, del enredadero?
A: Hubo una
época en que la mitología griega me atrapo mucho. Hubo varias figuras que me
interesaban, pero la más señera fue el Ícaro, de Ícaro y Dédalo. Hice muchos
trabajos con Ícaro, incluyendo unas alas de metal, en un edificio detrás del
terminal hice unas puertas de metal donde se encuentra Ícaro subiendo y luego
cayendo… a mí me atrapo el mito de Ícaro. Yo no creo en la historia que cuentan
los padres, del “hijo desobediente” que se cayó. ¡El sabia a lo que se exponía!
¡No era bruto! Sabía que si se exponía mucho al sol, se le derretían las alas.
¡Pero qué momento tan glorioso de desafiar al dios Sol! Aunque fuese un rato
nada más…
Para mí es un perdedor que gana. Y yo, como siempre he perdido toda la vida (risas), siento el “consuelo de tontos”, que le llaman aquí. No es un consuelo practico, el fuimos felices y todo mundo contento. No. Él vivió sus 30 segundos de gloria al llegar más allá de donde debía, y lo pago con su vida. Esa es la brecha generacional entre Dédalo padre y Ícaro el hijo. Siempre me atrajo…
Para mí es un perdedor que gana. Y yo, como siempre he perdido toda la vida (risas), siento el “consuelo de tontos”, que le llaman aquí. No es un consuelo practico, el fuimos felices y todo mundo contento. No. Él vivió sus 30 segundos de gloria al llegar más allá de donde debía, y lo pago con su vida. Esa es la brecha generacional entre Dédalo padre y Ícaro el hijo. Siempre me atrajo…
¿De dónde
salió justamente lo de las alas de Ícaro? Del laberinto del minotauro. El
laberinto me atrajo mucho. Esa cuestión de no saber cuál camino tomar, el
riesgo, el albur, o la desesperación… todo lo que hay implicado en cuanto uno
entra a un laberinto…
Todo está
relacionado.
H: ¿Cuáles han sido tus influencias?
E: Yo de joven conocí al infalible Rius. ¡Solo viendo a Rius uno se entusiasma! Luego tenías Hieronymus Bosch, Fontanarrosa, Naranjo, Oski, Crist... Empiezas a ver algunos europeos como Hervé y otros, no
caricaturistas, como Polón… Influencias todas. ¿Pero tú sabes una cuestión que
me marco mucho? Un libro de un autor homenajeado de la feria del libro,
realizado por Luis Britto Garcia.
¡Luis Britto Garcia dibuja y muy bien! Es pequeñito… se publicó entre el ´70 y
el ´72, y se llama Rachas. Ese libro
influyo en mí, aparte de la cuestión política y todo eso, influyo en mi
decisión de meterme más con el humor, y en la cuestión de qué tipo de humor. La
tentación fácil de hacer monigotes de chiste fácil y tonto, es fácil que uno
caiga. En lo que más uno cae es en nomás poner dos personajes hablando. Al o
mejor tienes una idea, y con el texto la redondeas muy bien. Lo difícil es
dibujar para que el dibujo y el texto se complementen.
De Rius debo tener una docena de libros. Tenía también la
suerte de que tenía un amigo librero, un amigo hijo de refugiados españoles que
habían fundado una librería. Se llamaba El
Ateneo, un poco en referencia a los ateneos anarquistas en Cataluña. Yo
recalaba ahí. Mi anterior esposa también trabajo ahí. Yo les hacía pedidos por
editorial. Yo no creo que fuera muy rentable el humor para las distribuidoras,
pero llegaba material, aparte del que uno pudiese ver en las revistas.
...yo no sé de
donde me sale el discurso. Yo creo que uno no puede obviar todas las
influencias universales: como un gran ladrón que uno es, uno toma lo que
interesa. Creo que en el humor es todavía más valido que en arte “normal”,
seria. (Risas).
H: ¿Aquí hubo alguna revista de humor político?
E: Hubo una muy importante,
El Sádico Ilustrado. Hubo desde el
principio. Yo di una charla donde hablábamos de donde viene el humor, de Hieronymus
Bosch pa´ acá. Entonces mencione todas las publicaciones de humor: Punch, Caricature, Chari Vari, y todas
esas europeas. Luego comencé con Venezuela. Y en Venezuela, a pesar de que en
este país hubo en 100 años, no menos de 300 guerritas, levantamientos y una
historia política muy accidentada… los restos de la guerra de independencia
dejaron un resto de militares, de generales, de próceres y tal, y otros que no
fueron tanto, todos queriendo su pedazo de torta. Si no se les repartió bien,
si no se les dio algo, se levantaban por aquí y por allá. Habría que alabar que
justamente Gómez acabo con eso. Les daba una jefatura civil en cualquier pueblo
y ya los calmaba. Para el país, fue muy difícil hacerse de un background cultural pictórico y cultural
de cualquier índole. Eso atraso mucho a este país. Este país estaba en la edad
media hasta el ´36. Sin embargo, desde
1850, ya había publicaciones específicamente de humor. Se puede mencionar al Diablo Asimodeo, El Asmodeito, El Loco, El Jejen, El Mosquito…
En 1920 tantos, salió la publicación insignia de humor de
acá, que fue Fantoches. Fantoches la
publico Leoncio Martínez, “Leo”, que era escritor, dibujante y político. Lo
golpearon, lo metieron preso… esa fue la más conocida.
En tiempos más recientes hubo algo más intelectual, y la mejor publicación de todas, que fue El Sádico Ilustrado. Apenas duro un año o año y medio, pero ahí estaban Salvador Garmendi, Ignacio Cabrujas, ¡escritores de talla! ¡Dibujantes de talla! Hasta Miguel Otero Silva participo. Estaba Zapata, estaba Luis Britto Garcia… como yo le decía a Zapata una vez que estaba aquí en Maracay, “¡El Sadico Ilustrado murió más por ilustrado que por sádico!”. Esa fue la revista más visible, además en un momento político muy importante.
En tiempos más recientes hubo algo más intelectual, y la mejor publicación de todas, que fue El Sádico Ilustrado. Apenas duro un año o año y medio, pero ahí estaban Salvador Garmendi, Ignacio Cabrujas, ¡escritores de talla! ¡Dibujantes de talla! Hasta Miguel Otero Silva participo. Estaba Zapata, estaba Luis Britto Garcia… como yo le decía a Zapata una vez que estaba aquí en Maracay, “¡El Sadico Ilustrado murió más por ilustrado que por sádico!”. Esa fue la revista más visible, además en un momento político muy importante.
En la historia del humorismo grafico en Venezuela hay dos
libros fundamentales, los dos del mismo autor, Hildemaro Torres. El primero es El
Humorismo Grafico en Venezuela, financiado por Maraven y realizado por Armitano editores… El segundo más bien
es una especie de ampliación y condensación del primero. Es publicado en España
por editorial Milenio. Se llama Historia
del humorismo gráfico en Venezuela.
Descanse en paz maestro... |
Unos de los mejores caricaturista que he visto y me siento muy orgulloso de que fue en Aragua que lo vi
ResponderEliminar